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domingo, 14 de abril de 2019

EL MIEDO MISMO

Todo empezó como un carnaval, suelta de globos, papel picado música a todo volumen, era una fiesta inolvidable, el desfile de payasos magos y saltimbanquis. Nadie intuyó nada, con un discurso simple “gracias, gracias, gracias", a más de tres años del gobierno de Macri es evidente que la fiesta terminó. Los grandes desequilibrios creados por Cambiemos no solo se circunscriben al terreno económico. Al declarar públicamente que si los jueces no cumplen con lo pactado nos buscaremos otros jueces, el gobierno de Macri desató la más grosera cacería de brujas, haciendo retroceder a la República a los tiempos de la Grecia clásica: la pena de ostracismo era nada menos que la expulsión o muerte del que era juzgado. Pero este juicio no era más que moral, la mera sospecha reunía a la asamblea en votación para el ostracismo. Hay una anécdota: "Cuando se iba a reunir la asamblea para tratar el ostracismo de Arístides el justo, un labriego se acercó con la tejuela y le solicitó que escribiera el nombre de Arístides. Este tomó la tejuela y escribió su propio nombre y la devolvió. 'Pero dime qué mal te ha hecho Arístides para que le desees el destierro'. El labriego contestó: '¡Oh! nada, solo que estoy harto de oírle llamar el justo' ".
La moralina gris que implantó Cambiemos ha logrado que todos los demonios que como sociedad albergamos queden sueltos. El caso Milagro Sala reúne todos los elementos negativos, su piel oscura, su ascendencia, su rostro, su forma, que repugna al gobernador Gerardo Morales, quien creó una fiscalía especial al estilo de la UFI AMIA para lograr tener detenida a Milagro. Ni la apelación a las cortes internacionales ha mermado ese afán de castigo.
La desaparición de Santiago Maldonado se engloba en esos términos. Este joven de barba pelirroja y amigos aborígenes perdió la vida, pero fue necesaria toda la sociedad para lograr que apareciera su cuerpo.
Han sembrado la idea de que Mauricio tiene a los perros en una mano y si quiere los puede soltar. El modo en que opera comienza así, vía redes sociales se castiga la discrepancia. Recordemos el audio amenazando a un intendente, acá no hay libres pensadores. Luego será la condena social, le sigue la cárcel y, si se logra evadirla, está la bala por la espalda, como lo demostró el caso "Chocobar". La configuración de miedo ha hecho de nuestra sociedad una sociedad silenciosa. En esta crisis económica que es peor que la peste, ya que de la peste se puede escapar, solo una fracción sale a gritar por la calle, el resto se queda en casa, prefiriendo creer que eso le pasa a otro, y si están de acuerdo solo en la intimidad se hablará del tema, no vaya ser que alguien filme y te escrache.
Las últimas medidas solo apuntan a eso, se perfecciona el castigo, las taser, la vigilancia... Al macrismo no le molesta que se exhiban sus represiones, son muestra de autoridad, pasaron de la felicidad al miedo. 
Pablo Barreto - sociólogo

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