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lunes, 28 de octubre de 2024
Madame Bovary y el fetichismo de la mercancía: una relación entre literatura y crítica social
viernes, 25 de octubre de 2024
El ídolo y presidente xeneize que el miércoles le puso el cuerpo y se interpuso entre la policía y los hinchas de Boca en plena platea
Solo hace falta un acto como este para darnos cuenta de cuán cruzados por la violencia estamos. Cuando dos personas se pelean en la calle, el resto pasa indiferente o toma partido por uno u otro, pero es difícil que alguien intervenga. Todos parecen tener derecho a gritar e insultar, no por el placer de la libertad, sino para descargar su enojo. La metáfora del barco viene a mi mente y me dice: si este bote está lleno de violencia, ¿quién llegará a las costas?
El gesto de Juan Román Riquelme, quien se interpuso entre la policía y los hinchas en el estadio, es un recordatorio de que, aun en medio de un caos que parece insalvable, queda algo dentro de nosotros capaz de rescatarnos; no todo es anomia. Riquelme no solo evitó un enfrentamiento mayor, sino que mostró cómo el deporte, ese espacio donde buscamos desahogo, necesita también de quienes ponen el cuerpo para que la violencia no lo convierta en un lugar peligroso. Saludo este gesto de intervención, pero me aterra que solo sea uno el que se atreva a hacerlo.
jueves, 24 de octubre de 2024
Cándido López: Cronista Visual de la Guerra del Paraguay
Cándido López, pintor y fotógrafo argentino, es uno de los artistas más emblemáticos del siglo XIX en Argentina, conocido por su habilidad única para plasmar escenas de la Guerra de la Triple Alianza, también llamada Guerra del Paraguay (1864-1870). Su obra es testimonio no solo de su destreza artística, sino también de su profunda implicación personal en uno de los conflictos más importantes de Sudamérica. Como soldado y cronista visual, López logró inmortalizar tanto los horrores de la guerra como la valentía de los hombres que la libraron.
Un Artista y Soldado
Nacido en Buenos Aires en 1840, Cándido López comenzó su carrera como fotógrafo y pintor de retratos. Sin embargo, su vida cambiaría drásticamente cuando, en 1865, estalló la Guerra de la Triple Alianza, un conflicto que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay. Como muchos jóvenes de la época, López se enlistó en el ejército argentino. Con un espíritu patriótico y un fuerte sentido del deber, López decidió registrar visualmente lo que sucedía a su alrededor, lo que lo llevó a documentar uno de los episodios más dolorosos de la historia de la región.
A través de bocetos y pinturas, capturó con precisión casi fotográfica los campamentos, las tropas y las batallas a las que asistía, en especial los combates en los que él mismo participó. López fue destinado como subteniente en la vanguardia del ejército argentino y estuvo presente en batallas clave como la de Curupaytí y Tuyutí, dos de los enfrentamientos más sangrientos de la guerra.
Una Herida que Transformó su Arte
La vida de Cándido López dio un vuelco en 1866, durante la batalla de Curupaytí, cuando fue gravemente herido en su mano derecha, lo que finalmente llevó a la amputación de su brazo. Este trágico hecho pudo haber puesto fin a su carrera artística. Sin embargo, López, determinado a seguir pintando y a continuar su misión de documentar la guerra, aprendió a pintar con la mano izquierda.
Tras su regreso a Buenos Aires después de la guerra, López retomó su arte con un renovado sentido de responsabilidad histórica. Decidido a completar su trabajo sobre el conflicto, comenzó a trasladar los bocetos que había realizado en el campo de batalla a lienzos más grandes, creando una serie de obras que se convertirían en un registro visual único de la Guerra de la Triple Alianza.
Las Pinturas de la Guerra del Paraguay
Las pinturas de López no solo tienen un valor artístico, sino que también son piezas históricas invaluables. Sus obras se destacan por su detallada representación de los campos de batalla, los campamentos militares y las formaciones de tropas. Utilizando una perspectiva panorámica, López capturaba no solo a los soldados, sino también los paisajes que rodeaban las batallas, lo que permite a los espectadores apreciar la vastedad y complejidad de los combates.
Obras como "La Batalla de Curupaytí" y "La Batalla de Tuyutí" reflejan la intensidad de la guerra, pero también la desolación y el sacrificio de los combatientes. Su estilo meticuloso y detallado, casi documental, lo convierte en un cronista visual de la guerra, y sus cuadros son una valiosa fuente para entender el conflicto desde una perspectiva argentina.
Uno de los aspectos más notables de su obra es la representación de la topografía del lugar, que resalta la relación entre los hombres y el terreno. López no solo pintaba los enfrentamientos, sino también las trincheras, las tiendas de campaña y los caminos polvorientos por donde marchaban los soldados. En cada cuadro, el espectador puede apreciar no solo la acción bélica, sino también los momentos de calma y agotamiento que vivían los combatientes.
Legado de Cándido López
Cándido López falleció en 1902, pero su legado artístico perdura. Sus obras se encuentran en importantes museos como el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo Histórico Nacional en Buenos Aires. Su contribución va más allá de la pintura; es una fuente histórica clave para comprender la Guerra de la Triple Alianza desde una óptica humana y visceral.
Las obras de López destacan por su honestidad. No glorifican la guerra, sino que muestran el caos, el sufrimiento y el sacrificio de los hombres que lucharon en ella. A través de sus pinceles, Cándido López nos permite revivir uno de los capítulos más dolorosos de la historia sudamericana, y nos recuerda la importancia de preservar la memoria de aquellos que lo vivieron.
En resumen, Cándido López no solo fue un testigo presencial del conflicto, sino que, con su arte, se convirtió en el cronista visual más importante de la Guerra del Paraguay. Su valentía, tanto en el campo de batalla como frente al lienzo, nos dejó un legado que sigue siendo valorado más de un siglo después.
Funmilayo Ransome-Kuti: Pionera del Feminismo y la Lucha Anticolonial en Nigeria
Funmilayo Ransome-Kuti (1900-1978) fue una de las activistas más influyentes de Nigeria y una figura clave en la lucha por los derechos de las mujeres y la independencia de su país. Su vida y obra representan una resistencia incansable frente a la opresión colonial británica y las normas patriarcales que limitaban las oportunidades y derechos de las mujeres en Nigeria. A pesar de que su impacto político fue profundo, su legado ha permanecido en gran medida desconocido fuera de África. Sin embargo, la historia de Ransome-Kuti es un recordatorio poderoso de cómo las mujeres pueden liderar cambios sociales en situaciones adversas.
Primeros Años y Formación
Funmilayo Ransome-Kuti nació como Frances Abigail Olufunmilayo Thomas en Abeokuta, en el oeste de Nigeria. Provenía de una familia educada y fue una de las primeras mujeres nigerianas en recibir educación formal en el extranjero, habiendo estudiado en Inglaterra. Su educación temprana fue clave en su posterior involucramiento en la lucha por los derechos de las mujeres y contra el colonialismo. Al regresar a Nigeria, cambió su nombre a Funmilayo y comenzó a involucrarse activamente en la vida política y social de su país.
En los años 30, Funmilayo Ransome-Kuti ya era conocida por su carácter decidido y su capacidad para organizar a las mujeres en la lucha por sus derechos. Fue una de las primeras mujeres en Nigeria en conducir un automóvil, un símbolo no solo de independencia personal, sino también de su compromiso por desafiar las normas sociales de la época.
La Lucha por los Derechos de las Mujeres
El papel de Funmilayo Ransome-Kuti como líder feminista emergió de su profundo descontento con las condiciones bajo las cuales vivían las mujeres nigerianas, especialmente las de las clases trabajadoras. En ese contexto, las mujeres estaban sujetas a altos impuestos y políticas injustas impuestas por las autoridades coloniales británicas y los gobernantes tradicionales nigerianos, mientras sus voces eran ignoradas en la política y en la vida pública.
En 1946, Ransome-Kuti fundó la Unión de Mujeres de Abeokuta (AWU), una organización que llegó a tener más de 20,000 miembros. A través de la AWU, dirigió protestas y boicots masivos contra la imposición de impuestos a las mujeres, así como contra el maltrato por parte de las autoridades británicas. Su activismo fue tan efectivo que las autoridades coloniales se vieron obligadas a abolir el impuesto a las mujeres en la región de Abeokuta.
Este movimiento fue uno de los primeros en África en reunir a mujeres de diferentes clases sociales, urbanas y rurales, en una lucha común. La AWU también abogó por la educación y el empoderamiento de las mujeres, proporcionando programas de alfabetización y formación para que las mujeres pudieran tener una mayor participación en la economía y la política.
El Sufragio Femenino y la Independencia
Ransome-Kuti no solo luchó contra las injusticias locales, sino que también fue una figura importante en el movimiento anticolonial de Nigeria. Formó parte del Partido Nacional Democrático de Nigeria y Camerún (NCNC), a través del cual abogó por la independencia del país. Durante este tiempo, se convirtió en una figura destacada a nivel internacional, siendo una de las primeras mujeres africanas en asistir a conferencias feministas y sindicales en todo el mundo.
En los años 50, Ransome-Kuti fue una defensora apasionada del sufragio femenino, trabajando para garantizar que las mujeres nigerianas tuvieran los mismos derechos políticos que los hombres. Aunque los esfuerzos iniciales por obtener el voto para las mujeres enfrentaron resistencia, sus luchas sentaron las bases para que en 1954 las mujeres nigerianas obtuvieran finalmente el derecho a votar y a ser elegidas en el consejo local.
Un Legado Internacional
Funmilayo Ransome-Kuti también es conocida por ser madre de Fela Kuti, el famoso músico y activista, cuyas ideas políticas fueron fuertemente influenciadas por su madre. Fela reconoció a Funmilayo como su mayor influencia y dedicó su música a muchas de las causas por las que ella luchó, como la resistencia a la opresión gubernamental y colonial.
En 1965, Funmilayo fue galardonada con la Orden de Nigeria, uno de los mayores honores del país, en reconocimiento a sus incansables esfuerzos en favor de los derechos de las mujeres y la independencia de Nigeria. Sin embargo, su activismo continuó hasta el final de su vida, cuando fue herida de gravedad durante un asalto militar a la comuna de su hijo Fela en 1977. Un año después, en 1978, falleció debido a las complicaciones de esas heridas.
Un Legado Silenciado
A pesar de su papel crucial en la historia de Nigeria y de África, el legado de Funmilayo Ransome-Kuti ha sido en gran parte silenciado en las narrativas globales sobre el feminismo y los movimientos de liberación. Su lucha ejemplifica el papel esencial de las mujeres en los movimientos anticoloniales, y su vida es una muestra de cómo el activismo femenino puede transformar una sociedad, tanto en términos políticos como sociales.
Hoy en día, su nombre resuena en Nigeria como símbolo de resistencia y lucha por la igualdad, pero su historia merece ser contada a nivel internacional como un ejemplo de cómo las mujeres han sido, y siguen siendo, agentes clave en la lucha por la justicia social.
Funmilayo Ransome-Kuti no solo luchó por los derechos de las mujeres nigerianas, sino que también desafió el sistema colonial, sentando las bases para las generaciones futuras de mujeres africanas que seguirían su ejemplo. En su vida y obra, encontramos una fuente de inspiración para continuar luchando por la igualdad y la justicia en cualquier lugar del mundo.
Nguyen Thi Dinh: La Comandante que Desafió la Guerra y el Patriarcado
Nguyen Thi Dinh: La Comandante que Desafió la Guerra y el Patriarcado
Nguyen Thi Dinh (1920-1992) fue una figura clave en la lucha por la independencia y la reunificación de Vietnam, una comandante militar que no solo enfrentó a potencias coloniales y extranjeras, sino también a las barreras de género en una sociedad profundamente patriarcal. Su liderazgo militar y su capacidad estratégica hicieron de ella una de las mujeres más destacadas de la Guerra de Vietnam, aunque su historia ha sido menos conocida fuera de Asia.
Inicios en la Resistencia
Nacida en una pequeña aldea en la provincia de Ben Tre, Nguyen Thi Dinh creció en un entorno de agitación política bajo el dominio colonial francés. Desde joven, mostró una fuerte inclinación hacia la lucha por la libertad de su país. A los 16 años, se unió a la Liga Juvenil Comunista de Indochina, lo que marcó el comienzo de su vida de militancia. Participó activamente en la resistencia contra los franceses y fue encarcelada en varias ocasiones por sus actividades revolucionarias. Sin embargo, estas experiencias no la disuadieron, sino que afianzaron su convicción de que la independencia de Vietnam debía ser conquistada a cualquier costo.
El "Ejército de Mujeres del Viet Cong"
Nguyen Thi Dinh se convirtió en una de las principales organizadoras de las guerrillas del Viet Cong, el brazo militar del Frente Nacional de Liberación de Vietnam. Con una visión clara de que las mujeres podían ser tan capaces como los hombres en el combate, Dinh fue una de las fundadoras del "Ejército de Mujeres del Viet Cong," una unidad de combatientes femeninas que jugó un papel crucial en la guerra. Estas mujeres no solo participaron en emboscadas y ataques, sino que también realizaron misiones de inteligencia y operaciones de aprovisionamiento, enfrentando condiciones extremadamente duras.
La insurrección de Ben Tre, liderada por Dinh en 1960, es uno de los episodios más memorables de su carrera. Esta ofensiva marcó el inicio de una serie de victorias estratégicas para el Viet Cong en la región del Delta del Mekong. Bajo su mando, las guerrillas lograron recuperar una amplia franja de territorio de las fuerzas del gobierno de Vietnam del Sur y de los estadounidenses, consolidando la presencia revolucionaria en el sur del país.
General en el Ejército del Norte
En 1974, Nguyen Thi Dinh alcanzó el rango de General en el Ejército de Vietnam del Norte, convirtiéndose en la primera mujer en obtener tal distinción. Este logro fue especialmente significativo en una sociedad donde los roles militares estaban dominados por hombres. Como general, Dinh no solo dirigió operaciones militares, sino que también fue una importante figura política en la construcción de una nación reunificada. Después del final de la Guerra de Vietnam en 1975, ocupó varios cargos en el gobierno y en el Partido Comunista de Vietnam, siempre abogando por la mejora de los derechos de las mujeres y el desarrollo de Vietnam.
Un Legado que Trasciende Fronteras
Aunque Nguyen Thi Dinh es ampliamente celebrada en Vietnam, su legado ha permanecido en gran parte desconocido en el contexto internacional. En el ámbito local, su figura es un símbolo de la lucha por la independencia y de la capacidad de las mujeres para desempeñar roles de liderazgo en tiempos de guerra. Sin embargo, a nivel global, su historia ha quedado eclipsada por la narrativa dominante sobre la Guerra de Vietnam, que se ha centrado principalmente en las figuras masculinas.
La vida de Nguyen Thi Dinh no solo es un testimonio del coraje en tiempos de guerra, sino también un recordatorio de cómo las mujeres, a pesar de las adversidades, pueden romper moldes y cambiar el curso de la historia. Su legado inspira a nuevas generaciones de mujeres a luchar por la justicia y la igualdad, y su ejemplo sigue siendo una fuente de orgullo para Vietnam y para los defensores de los derechos de las mujeres en todo el mundo.
Nguyen Thi Dinh desafió tanto al imperialismo como al patriarcado, dejando una marca imborrable en la historia militar y política de su país. Aunque su nombre no resuene en los libros de historia fuera de Vietnam, su impacto es innegable.
martes, 22 de octubre de 2024
Mujere guerreras
Los Joshitai, un cuerpo de élite de alrededor de veinte mujeres guerreras, hicieron su última resistencia en el Castillo de Aizuwakamatsu en 1868 durante la caída del shogunato Tokugawa.
Lideradas por la experta espadachín Nakano Takeko, estas mujeres de prominentes familias Aizu tomaron las armas voluntariamente para defender su dominio contra el ejército imperial mucho más grande.
Vestidos con armadura sobre sus kimonos y blandiendo una serie de armas incluyendo espadas, lanzas y naginata, los Joshitai lucharon ferozmente mientras las fuerzas imperiales intentaban romper las murallas del castillo.
A pesar de su valor y habilidad, las mujeres sufrieron fuertes bajas debido a su armadura más ligera y a las implacables olas de los atacantes.
Takeko, incluso después de ser gravemente herida por una bala en el pecho, continuó guiando e inspirando a sus compañeras guerreras.
La batalla continuó, con el resto de Joshitai haciendo su última resistencia en las puertas del castillo mientras sus armas comenzaron a fallar bajo la presión del combate.
En una última carga legendaria, Takeko derrotó a siete tropas imperiales antes de caer en batalla, muriendo vertical de acuerdo con el código guerrero.
Por la mañana, el asedio había terminado, con el valiente Joshitai entre cientos de sus homólogos machos caídos.
Aunque los registros históricos son escasos, la historia del coraje y el sacrificio de Joshitai ha perdurado, sirviendo como testimonio de la destreza marcial y el espíritu inquebrantable de estas guerreras.
Su historia continúa inspirando, haciendo eco a través del tiempo como un poderoso recordatorio del honor, el deber y las mareas cambiantes de la historia.
La idea de que las pirámides fueron construidas por extraterrestres.......
La idea de que las pirámides, especialmente las pirámides de Egipto, fueron construidas por extraterrestres surge de una combinación de factores culturales, pseudocientíficos y especulativos que han capturado la imaginación popular durante siglos. A continuación, te explico los orígenes y las razones detrás de esta teoría:
1. Deslumbrante Arquitectura y Técnica:
Las pirámides, especialmente la Gran Pirámide de Guiza, son asombrosas obras de ingeniería. Construidas hace más de 4,500 años, sin tecnología moderna, el tamaño, la precisión y la complejidad de las pirámides sorprendieron tanto a arqueólogos como a historiadores. Algunas preguntas que surgieron incluyeron:
- ¿Cómo movieron bloques de piedra tan enormes?
- ¿Cómo lograron tal precisión sin herramientas modernas?
- ¿Por qué alinearon la Gran Pirámide con tal precisión con los puntos cardinales?
Estas preguntas llevaron a algunos a especular que la tecnología disponible en esa época no era suficiente, lo que abrió la puerta a teorías de intervención externa.
2. Especulación y Pseudociencia en el Siglo XX:
La teoría de que los extraterrestres construyeron las pirámides se popularizó en el siglo XX, sobre todo en 1968, cuando el escritor suizo Erich von Däniken publicó su libro "Recuerdos del futuro" (Chariots of the Gods?). En este libro, von Däniken argumenta que civilizaciones antiguas recibieron ayuda de visitantes extraterrestres para construir estructuras megalíticas como las pirámides. Según él:
- Las antiguas civilizaciones no poseían el conocimiento tecnológico suficiente para realizar esas hazañas sin intervención externa.
- Algunas inscripciones y figuras del arte antiguo podrían interpretarse como representaciones de astronautas o naves espaciales.
A pesar de la falta de evidencia científica, su libro fue un éxito y ayudó a popularizar la idea de que los alienígenas jugaron un papel en el desarrollo de la humanidad, incluyendo la construcción de las pirámides.
3. Desconfianza en la Historia Convencional:
Muchos seguidores de teorías de conspiración sienten desconfianza hacia las explicaciones tradicionales ofrecidas por arqueólogos e historiadores. Algunas personas encuentran atractiva la idea de que la historia "oficial" no nos dice toda la verdad y que hay misterios que han sido ocultados.
4. Simbolismo Astronómico:
La alineación de las pirámides con los puntos cardinales, así como las teorías sobre la correspondencia de las pirámides con las estrellas de la constelación de Orión (la Teoría de Orión de Robert Bauval), reforzaron la especulación de que podría haber habido un conocimiento astronómico avanzado o una conexión con seres extraterrestres.
5. Influencia de la Cultura Popular:
El cine, la televisión y los medios populares también han jugado un papel en la diseminación de estas ideas. Programas como "Ancient Aliens" y películas como "Stargate" han explorado y exagerado estas teorías, haciendo que el público general se familiarice con la idea de que los extraterrestres habrían influido en la construcción de monumentos antiguos.
6. Otros Monumentos Misteriosos:
La teoría de la intervención alienígena no se limita solo a las pirámides de Egipto. Monumentos como Stonehenge, las líneas de Nazca, y las pirámides mesoamericanas también han sido objeto de estas especulaciones, lo que ha reforzado la creencia de que los alienígenas pudieron haber tenido una influencia global en la humanidad antigua.
Rechazo de la Comunidad Científica
La comunidad científica rechaza firmemente estas teorías. Investigaciones arqueológicas y estudios históricos han demostrado con gran detalle cómo los antiguos egipcios, con herramientas simples pero ingeniosas, construyeron las pirámides a través de décadas de trabajo humano organizado. Además, se han descubierto registros y restos arqueológicos que muestran cómo trabajaban los obreros, cómo se transportaban las piedras y qué métodos se empleaban.
En resumen, la idea de que las pirámides fueron construidas por extraterrestres surgió de una combinación de asombro ante su magnificencia, falta de comprensión de las técnicas antiguas, pseudociencia popularizada en el siglo XX y la fascinación cultural con la vida extraterrestre. Aunque es una teoría desacreditada, sigue teniendo adeptos debido a su atractivo como misterio y especulación.
La Paradoja del Juicio: Una Reflexión sobre la Autocrítica
"La cualidad peculiar de un tonto es percibir las faltas de los demás y olvidar las propias." Esta profunda observación, atribuida a Cicerón, el célebre orador y filósofo romano, nos invita a reflexionar sobre una de las debilidades más comunes de la naturaleza humana: nuestra tendencia a ser hipercríticos con los demás mientras somos indulgentes con nosotros mismos.
La Naturaleza de la Autocrítica
La capacidad de reconocer nuestros propios errores y limitaciones es una de las características más valiosas que podemos desarrollar como seres humanos. Sin embargo, resulta sorprendentemente fácil caer en la trampa de convertirnos en expertos observadores de las faltas ajenas mientras permanecemos ciegos ante nuestras propias imperfecciones.
El Sesgo de la Autopercepción
Este fenómeno psicológico tiene sus raíces en varios factores:
- El ego protector: Nuestra mente tiende naturalmente a proteger nuestra autoestima, minimizando nuestros defectos y maximizando nuestras virtudes.
- La perspectiva limitada: Mientras que podemos observar objetivamente las acciones de otros, nos resulta difícil mantener la misma objetividad cuando evaluamos nuestro propio comportamiento.
- La justificación interna: Solemos encontrar explicaciones y excusas para nuestras propias faltas, mientras que somos menos propensos a considerar las circunstancias atenuantes cuando juzgamos a otros.
El Camino hacia la Sabiduría
La verdadera sabiduría, como sugiere Cicerón, reside en:
- Desarrollar una mayor autoconciencia
- Cultivar la humildad intelectual
- Practicar la empatía hacia los demás
- Mantener un equilibrio entre la crítica constructiva y la autocrítica honesta
Conclusión
La observación de Cicerón sigue siendo tan relevante hoy como lo fue hace dos milenios. Nos recuerda que la verdadera inteligencia no se encuentra en la capacidad de señalar los errores de otros, sino en la disposición a reconocer y aprender de nuestros propios fallos. En última instancia, el crecimiento personal y la sabiduría verdadera comienzan con la capacidad de mirarnos a nosotros mismos con la misma claridad con la que observamos a los demás.
lunes, 21 de octubre de 2024
La Crisis del Siglo XVII: Un Espejo del Pasado para Entender el Presente
La Crisis del Siglo XVII: Un Espejo del Pasado para Entender el Presente
Estimados estudiantes de sociología:
En nuestro viaje por la historia de las sociedades humanas, a menudo nos encontramos con períodos que, aunque distantes en el tiempo, resuenan con sorprendente familiaridad en nuestro presente. Uno de estos momentos cruciales es la crisis del siglo XVII, un período que ofrece valiosas lecciones para los sociólogos en formación.
El Escenario: Una Europa en Transformación
Imaginemos por un momento la Europa del siglo XVII: un continente en plena transformación, donde las estructuras feudales comenzaban a resquebrajarse y las semillas del capitalismo empezaban a germinar. Esta época de transición trajo consigo profundos cambios sociales, económicos y políticos que aún hoy podemos reconocer en nuestras sociedades contemporáneas.
La Crisis: Más Allá del Hambre y la Peste
Un testimonio de la época nos transporta a Bérgamo, Italia, en 1629:
"A principios de marzo, al aumentar la penuria, vinieron a esta ciudad unos tres mil pobres, la mayor parte de los cuales, negros, tostados por el sol, extenuados, débiles y en malas condiciones, daban muestras evidentes de su necesidad..."
Este fragmento, más allá de su cruda descripción, nos invita a reflexionar sobre cuestiones fundamentales en sociología:
- Desigualdad y estratificación social: La clara distinción entre los habitantes de la ciudad y los "pobres" que llegan de fuera.
- Migración y sus impactos: El movimiento de personas en busca de mejores condiciones de vida.
- Respuestas institucionales a las crisis: Las recomendaciones del médico para "preservar la patria" reflejan las políticas de exclusión que aún hoy vemos en muchos países.
Lecciones para el Sociólogo Moderno
Como futuros sociólogos, esta crisis nos ofrece valiosas lecciones:
- La interconexión de los fenómenos sociales: La crisis no fue solo económica, sino que afectó todos los aspectos de la sociedad.
- La importancia del contexto histórico: Comprender el pasado nos ayuda a interpretar el presente y anticipar posibles futuros.
- El rol de las instituciones: Observamos cómo las instituciones (gobierno, iglesia, medicina) respondieron a la crisis, moldeando la sociedad.
- La persistencia de ciertos patrones sociales: Muchos de los problemas del siglo XVII (desigualdad, migración, respuestas a crisis) siguen siendo relevantes hoy.
Una Invitación a la Reflexión
Como estudiantes de sociología, los invito a considerar:
- ¿Qué paralelismos encuentran entre la crisis del siglo XVII y las crisis actuales?
- ¿Cómo han evolucionado las respuestas institucionales a las crisis a lo largo del tiempo?
- ¿Qué herramientas nos ofrece la sociología para abordar problemas similares en la actualidad?
Recordemos que nuestro papel como sociólogos no es solo estudiar el pasado, sino utilizarlo como una lente para comprender y mejorar nuestro presente y futuro.
La historia, como la crisis del siglo XVII, no es un simple relato de eventos pasados, sino un laboratorio vivo de la experiencia humana. Aprovechémosla para desarrollar una comprensión más profunda y compasiva de nuestras sociedades.
¡Sigamos aprendiendo y cuestionando!
[Firma del profesor]
domingo, 20 de octubre de 2024
En filosofía, las creencias son consideradas afirmaciones o juicios que se aceptan como verdaderos o válidos
En filosofía, las creencias son consideradas afirmaciones o juicios que un individuo acepta como verdaderos o válidos, independientemente de si pueden ser probados empíricamente. Una creencia no tiene que estar necesariamente basada en evidencia, y puede variar en grado de certeza, desde suposiciones hasta convicciones profundamente arraigadas.
Características de las creencias en filosofía:
Subjetividad: Las creencias son internas y personales. Pueden depender de la perspectiva individual, influencias culturales o experiencias personales.
Epistemología: En la rama de la epistemología (el estudio del conocimiento), las creencias son fundamentales, ya que el conocimiento se suele definir como una creencia verdadera justificada. No basta con creer algo, debe estar justificado y ser verdadero para constituir conocimiento.
Creencias explícitas e implícitas: Las creencias pueden ser expresas o tácitas. Algunas las articulamos claramente, como "creo que lloverá mañana", mientras que otras pueden ser implícitas, operando en segundo plano y sin que siempre seamos conscientes de ellas.
Diferencia con el conocimiento: La creencia no necesariamente implica certeza. En muchos casos, creemos cosas sin tener certeza absoluta de ellas. Esto diferencia a la creencia del conocimiento, que en teoría debería ser una creencia verdadera y justificada.
Tipos de creencias:
- Empíricas: Basadas en observaciones del mundo (evidencias físicas).
- Racionales: Basadas en la lógica y el razonamiento (ideas abstractas o deducciones).
- Morales y religiosas: Relacionadas con valores, ética, religión, y espiritualidad. Estas a menudo carecen de evidencia empírica, pero pueden ser muy profundas y guiar la vida de una persona.
Creencias como actitudes proposicionales: Filósofos como Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein estudiaron las creencias como actitudes hacia proposiciones. Es decir, cuando alguien dice "creo que...", está manifestando una actitud hacia una proposición que considera verdadera.
Debate filosófico sobre las creencias:
Los filósofos han debatido si las creencias están siempre ligadas a la verdad o si son más útiles como guías prácticas. Por ejemplo, en el pragmatismo de William James, las creencias son valiosas si tienen una utilidad práctica en la vida cotidiana, independientemente de si son "verdaderas" en el sentido tradicional. Mientras que para otros filósofos, como los racionalistas, la verdad y la justificación son esenciales para considerar válida una creencia.
En resumen, para la filosofía, una creencia es un juicio subjetivo sobre la realidad que puede estar más o menos justificado, y juega un papel clave en cómo percibimos y actuamos en el mundo.
Muchos efectos de la Revolución Industrial siguen presentes, pero algunos han desaparecido o han cambiado.
Aunque muchos efectos de la Revolución Industrial siguen presentes, algunos han desaparecido o han cambiado significativamente con el paso del tiempo. Aquí te detallo algunos de los efectos que ya no son tan evidentes hoy en día:
1. El Uso Generalizado del Carbón como Principal Fuente de Energía
Durante la Revolución Industrial, el carbón fue el motor energético clave. Hoy en día, aunque aún se utiliza en algunas partes del mundo, el carbón ha sido reemplazado en gran medida por otras fuentes de energía más eficientes y limpias, como el gas natural, la energía nuclear y, cada vez más, las energías renovables como la solar y la eólica. Además, el compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático está acelerando la transición hacia fuentes de energía más verdes.
2. Las Condiciones de Trabajo Extenuantes en las Fábricas
Uno de los legados más oscuros de la Revolución Industrial fue el trato inhumano hacia los trabajadores: largas jornadas laborales (hasta 16 horas al día), trabajo infantil y condiciones peligrosas e insalubres. Hoy en día, gracias a las leyes laborales y los sindicatos, en la mayoría de los países las condiciones de trabajo han mejorado sustancialmente. Existen leyes que limitan la jornada laboral, establecen salarios mínimos, garantizan derechos laborales y protegen la seguridad de los empleados.
3. El Ludismo (Destrucción de Máquinas)
Durante la Revolución Industrial, el ludismo fue una reacción violenta de algunos trabajadores que destruían máquinas por temor a perder sus empleos. Hoy en día, aunque existe el temor a que la automatización y la inteligencia artificial reemplacen ciertos trabajos, ya no se responde destruyendo tecnología. En su lugar, los esfuerzos se han centrado en la reconversión laboral y la búsqueda de soluciones mediante políticas públicas, educación y nuevas oportunidades de empleo.
4. La Exclusiva Dependencia del Sistema de Fábrica para la Producción
El sistema de fábrica centralizado fue la norma durante la Revolución Industrial, pero hoy la producción ha evolucionado. Aunque las fábricas siguen existiendo, muchas industrias han adoptado modelos más flexibles y descentralizados. La tecnología digital, la globalización y el trabajo a distancia han permitido que la producción y los servicios se realicen en distintos puntos del mundo, no solo en grandes fábricas. Además, la fabricación aditiva (como la impresión 3D) está cambiando la manera en que se producen algunos bienes.
5. La Predominancia de las Clases Sociales Industrializadas
Durante la Revolución Industrial, la sociedad se estructuraba principalmente en términos de la clase trabajadora (proletariado) y la clase capitalista (burguesía industrial). Hoy, aunque las desigualdades persisten, las dinámicas de clase han cambiado. Las economías de servicios y del conocimiento han dado lugar a una clase media profesional, y la creciente digitalización está modificando la naturaleza del trabajo y la división social en muchos países.
6. La Contaminación a Gran Escala Sin Regulación
Durante la Revolución Industrial, las fábricas emitían grandes cantidades de humo y desechos sin ningún tipo de regulación, lo que causó graves problemas de contaminación. Hoy en día, aunque la contaminación sigue siendo un problema, existen normas ambientales mucho más estrictas en muchos países. Se han implementado tecnologías más limpias y eficientes, y las empresas están cada vez más obligadas a cumplir con regulaciones que buscan minimizar el impacto ambiental.
7. El Sistema Exclusivamente Manual de Producción y Trabajo
En la Revolución Industrial, el trabajo manual era fundamental para casi todas las actividades económicas. Hoy, la automatización y la digitalización han reemplazado una gran parte del trabajo manual en muchas industrias. Las líneas de producción en masa y los robots industriales han reducido la necesidad de mano de obra humana para ciertas tareas repetitivas y peligrosas.
8. El Monopolio de las Fábricas Europeas y Norteamericanas
Durante la Revolución Industrial, Europa y América del Norte fueron los principales motores del crecimiento industrial. Hoy, la globalización ha descentralizado la producción, y países como China, India, Brasil y otros han emergido como potencias industriales. La manufactura global se ha desplazado a regiones con costos laborales más bajos, y los países en vías de desarrollo ahora desempeñan un papel clave en la producción global.
En resumen, aunque muchos de los cambios iniciados en la Revolución Industrial siguen siendo relevantes, algunos de sus aspectos más problemáticos o arcaicos han sido superados por el avance tecnológico, la regulación gubernamental y las nuevas dinámicas económicas y sociales del mundo moderno.
Hoy en día, cuales son los efectos de la Revolución Industrial.
Hoy en día, los efectos de la Revolución Industrial son visibles en casi todos los aspectos de nuestra vida. Aunque la era de las fábricas de humo y las grandes chimeneas ha quedado atrás, muchas de las transformaciones iniciadas en ese período han moldeado el mundo moderno. Aquí te dejo algunos ejemplos clave de lo que queda de la Revolución Industrial:
1. Tecnología y Automatización
La Revolución Industrial marcó el inicio del uso masivo de máquinas para realizar tareas que antes eran manuales. Ese legado tecnológico ha evolucionado con el tiempo, y hoy vivimos en una era de automatización avanzada y robótica. La producción en masa, que empezó con las fábricas del siglo XIX, sigue siendo una base clave de la economía moderna.
2. Urbanización y Ciudades Industriales
El movimiento de la población rural hacia las ciudades durante la Revolución Industrial creó el fenómeno de la urbanización. Hoy, las grandes ciudades que nacieron como centros industriales (como Mánchester, Detroit, y muchas otras) siguen siendo metrópolis importantes, aunque su industria se haya diversificado. La vida urbana, con su ritmo acelerado y su infraestructura centrada en la producción y el comercio, es un resultado directo de esos cambios.
3. El Sistema Capitalista
El capitalismo moderno se consolidó durante la Revolución Industrial, impulsado por la acumulación de capital, la propiedad privada de las fábricas y la expansión de mercados. Este sistema económico, que prioriza el crecimiento empresarial y la inversión, sigue siendo dominante hoy, tanto en economías desarrolladas como en vías de desarrollo.
4. Trabajo y Condiciones Laborales
Las luchas obreras que nacieron como reacción a las duras condiciones de las fábricas del siglo XIX dieron lugar a movimientos sindicales y cambios en las leyes laborales. Hoy, aunque las condiciones han mejorado, el concepto de lucha por los derechos laborales sigue presente. El horario de trabajo, las leyes de salario mínimo y la protección al trabajador son legados directos de esas primeras luchas.
5. Transporte y Logística
La Revolución Industrial trajo consigo innovaciones como el ferrocarril y el barco de vapor, que revolucionaron el transporte. Hoy, aunque esas tecnologías han sido superadas por aviones, automóviles y trenes eléctricos, el concepto de una red global de transporte y logística que mueve bienes y personas rápidamente es una consecuencia de esa revolución.
6. Consumo Masivo
La Revolución Industrial introdujo la producción en masa, lo que hizo los bienes más accesibles y asequibles para grandes sectores de la población. Hoy, vivimos en una sociedad de consumo global, donde la producción y distribución a gran escala de bienes, desde alimentos hasta tecnología, se ha normalizado.
7. Desigualdad Económica
El rápido crecimiento económico durante la Revolución Industrial trajo consigo una marcada desigualdad. Hoy en día, las diferencias entre ricos y pobres, tanto dentro de los países como a nivel global, tienen raíces en ese período. El debate sobre cómo equilibrar la riqueza y el poder económico sigue siendo un tema central.
8. Impacto Medioambiental
La Revolución Industrial también inició el uso masivo de combustibles fósiles, como el carbón y, más tarde, el petróleo. Aunque hoy estamos en una transición hacia energías renovables, los efectos del uso prolongado de combustibles fósiles —como el cambio climático y la contaminación— son problemas globales que nacen en ese período.
9. Innovación y Competencia Global
La competencia industrial y tecnológica, que empezó en Europa y América durante la Revolución Industrial, sigue hoy en la forma de una economía globalizada. Países como China e India, que hoy son potencias industriales, están repitiendo, en algunos aspectos, el ciclo de crecimiento y desarrollo económico que comenzó en Europa.
Aunque los contextos y las tecnologías han cambiado, muchos aspectos esenciales de la Revolución Industrial —como la urbanización, el capitalismo, la producción en masa y las luchas laborales— siguen siendo parte de nuestra vida diaria y continúan dando forma al mundo en el que vivimos.
Las Grandes Transformaciones del Siglo XIX: De la Revolución Industrial a las Revoluciones de 1848
Introducción
El siglo XIX fue una época de grandes cambios, una verdadera montaña rusa para Europa y América. En apenas unas décadas, el mundo pasó de ser principalmente rural y agrícola a convertirse en un lugar de fábricas, ciudades abarrotadas y nuevas ideas políticas que sacudirían los cimientos de la sociedad. La Revolución Industrial y las revoluciones de 1848 fueron motores clave en este proceso, dando lugar a nuevos sistemas económicos, nuevas clases sociales y movimientos de protesta que resonarían en los siglos venideros.
I. La Revolución Industrial: El Comienzo de una Nueva Era
1.1 Los Factores del Cambio
La Revolución Industrial fue como encender una mecha en un polvorín. Comenzó en Gran Bretaña y pronto se extendió por Europa y América. ¿Qué la impulsó? Un conjunto de factores que incluyen innovaciones tecnológicas (como la famosa máquina de vapor), el crecimiento demográfico y la expansión del comercio internacional. Todo ello generó un efecto en cadena que transformó la producción y la vida cotidiana.
1.2 El Sistema de Fábrica y la Nueva Clase Obrera
Con la llegada de las fábricas, la vida de millones cambió radicalmente. Las ciudades crecieron a un ritmo nunca visto, y las largas jornadas laborales se convirtieron en la norma para la nueva clase obrera. Estas personas, conocidas como proletariado industrial, eran los trabajadores que hacían funcionar las fábricas pero vivían en condiciones precarias.
La relación entre el hombre y la máquina cambió por completo. Como se decía en la época, el trabajo humano tuvo que adaptarse al ritmo implacable de las máquinas.
1.3 La Burguesía Industrial: Los Nuevos Líderes
Mientras tanto, una nueva clase de personas emergía como dueños del poder económico: la burguesía industrial. Estos empresarios y dueños de fábricas acumularon grandes fortunas, y con ello, comenzaron a exigir cambios en las estructuras políticas. La aristocracia tradicional vio su poder desafiado por estos nuevos actores que no heredaban títulos, sino que construían su propio imperio.
II. La Revolución Francesa: El Fin del Antiguo Régimen
2.1 Causas de la Revolución
La Revolución Francesa fue el terremoto que terminó con siglos de monarquías absolutas. Surgió de una combinación explosiva de crisis económica, una nobleza privilegiada, y la influencia de las ideas ilustradas que defendían la libertad y la igualdad. Todo ello hizo que la sociedad francesa se rebelara contra el "Antiguo Régimen", el sistema de gobierno feudal y monárquico.
2.2 El Proceso Revolucionario
Sin embargo, la Revolución no fue un proceso fácil ni lineal. Hubo avances y retrocesos, con facciones que luchaban por el control y acuerdos que nunca llegaban a buen puerto. Entre los hitos más memorables están la toma de la Bastilla, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y finalmente, la abolición de la monarquía, reemplazada por la Primera República.
2.3 El Legado Duradero de la Revolución
El impacto de la Revolución Francesa fue inmenso. No solo terminó con el feudalismo en Francia, sino que sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad se difundieron por todo el mundo. Inspiró otros movimientos revolucionarios y se convirtió en un símbolo de cambio para muchos países que buscaban sacudir las cadenas de la opresión.
III. El Nacimiento de la Clase Obrera y el Movimiento Obrero
3.1 La Conciencia de Clase: De la Pasividad a la Lucha
Con las fábricas y el sistema capitalista en auge, los obreros comenzaron a tomar conciencia de su situación. Al principio, su lucha era más bien una resistencia pasiva, pero poco a poco empezaron a organizarse, entendiendo que solo unidos podrían mejorar sus condiciones laborales. Esto dio lugar al nacimiento de los sindicatos y las primeras luchas obreras.
3.2 Las Primeras Formas de Resistencia
Entre las primeras formas de protesta destaca el ludismo, donde los trabajadores destruían las máquinas que creían que estaban robándoles el empleo. Aunque esta táctica no perduró, marcó el inicio de una resistencia organizada. Con el tiempo, los sindicatos se volvieron más fuertes y empezaron a luchar por derechos fundamentales como jornadas laborales más cortas y mejores salarios.
3.3 El Surgimiento del Socialismo y el Marxismo
El descontento con las duras condiciones laborales también generó nuevas ideas políticas. El socialismo y el marxismo surgieron como críticas al sistema capitalista y abogaban por una sociedad más justa y sin clases. Estas ideologías ganarían fuerza en los movimientos obreros y tendrían una influencia decisiva en las luchas políticas del siglo siguiente.
IV. Las Revoluciones de 1848: La Primavera de los Pueblos
4.1 Causas y Contexto
Las revoluciones de 1848, conocidas como la "Primavera de los Pueblos", fueron un estallido de protestas y revueltas en gran parte de Europa. Un colapso económico, unido a la frustración con los gobiernos autoritarios y las hambrunas, prepararon el terreno para estas revueltas. Además, el creciente nacionalismo en lugares como Alemania e Italia pedía a gritos la unificación.
4.2 Un Movimiento Revolucionario Continental
Lo interesante de las revoluciones de 1848 es que no se limitaron a un solo país. Lo que comenzó en Francia pronto se extendió como pólvora por Europa. Distintos grupos sociales, desde la burguesía hasta los obreros, se unieron para exigir reformas liberales, derechos civiles y mejoras en las condiciones de vida. Aunque las demandas variaban, la chispa del cambio estaba presente en todas partes.
4.3 Resultados y Consecuencias
Aunque muchas de estas revoluciones fracasaron en el corto plazo, dejaron un legado importante. Varios países finalmente abolieron el feudalismo, se establecieron constituciones más modernas y los movimientos nacionalistas tomaron un nuevo impulso. Además, las luchas obreras siguieron ganando terreno en las décadas siguientes.
Conclusión
El siglo XIX fue un período de cambios profundos que sentaron las bases del mundo que conocemos hoy. La Revolución Industrial, la Revolución Francesa y las revoluciones de 1848 no solo cambiaron las estructuras económicas y políticas, sino que también marcaron el surgimiento de nuevas clases sociales y ideologías que seguirían moldeando la historia en los siglos siguientes.
jueves, 17 de octubre de 2024
"Las flores del mal" de Charles Baudelaire
En "El viaje", el último poema de "Las flores del mal" de Charles Baudelaire, se explora ese deseo de escapar de la realidad opresiva y la búsqueda de trascender lo mundano, tal como mencionas. Aquí algunos fragmentos que reflejan esa necesidad de huida y la evocación de lo exótico y lo desconocido:
El anhelo de libertad y la insatisfacción con la realidad cotidiana:
- "El verdadero viajeros son aquellos que parten / por partir; corazones ligeros, como globos, / nunca se apartan de su fatalidad / y, sin saber por qué, dicen siempre: ¡Vamos!"
En estos versos, Baudelaire expresa el deseo de viajar sin un propósito claro, simplemente por la necesidad de escapar y explorar lo desconocido. La insatisfacción con lo conocido impulsa al viajero a buscar nuevas experiencias.
La evocación de lo exótico y los lugares soñados:
- "¡Dulce hermano! busquemos el lugar del reposo / ¡Dónde nace el misterio y lo nuevo!"
- "¡Los cielos bordados de oro, las olas teñidas de púrpura!"
Aquí, Baudelaire se refiere a esos paisajes ideales y exóticos que representan la búsqueda de una existencia diferente, más libre y maravillosa que la vida cotidiana.
El viaje como metáfora de un escape existencial:
- "En fin, ¿no son espejismos de donde miramos / La naturaleza, monótona e impasible?"
El poeta reconoce que, aunque los viajes físicos pueden proporcionar alivio temporal, siempre hay un vacío existencial que sigue presente. Los paisajes exóticos pueden ser un espejismo, una ilusión que promete libertad pero nunca satisface completamente.
El desencanto final del viaje:
- "¡Oh, muerte, viejo capitán, es hora, levemos anclas! / Este país nos aburre, ¡oh Muerte! Zarpemos. / Si cielo y mar son negros como tinta, / Nuestros corazones que tú conoces están henchidos de rayos."
En estos versos finales, el "viaje" llega a su destino último: la muerte. Para Baudelaire, la única verdadera liberación y el escape final de la monotonía de la vida es la muerte misma, representada como el último viaje.
Estos ejemplos muestran cómo "El viaje" mezcla la exaltación de lo exótico y lo desconocido con una crítica profunda a la realidad opresiva, culminando en la idea de que el escape último de la experiencia mundana es, inevitablemente, la muerte.
martes, 15 de octubre de 2024
Una cada 12 horas
Una cada 12 horas
Concurrió al médico. Estaba tranquilo, con esa paz que hay antes de una tormenta. El médico, un hombre cincuentón, lo recibió enfundado en su blanco uniforme. Le pareció que la única nota de color era su cabeza canosa. El consultorio, frío y aséptico, semejaba un templo. Con sus palabras monótonas, que resonaban como una letanía, volvió a la realidad de tener que entablar una conversación.
—Estrés —le dijo el médico.
—¿Qué?
—Estrés, señor Beltrán. ¿Le puedo hacer unas preguntas?
—Sí —respondió, volviendo a sumirse en esa paz nerviosa. Sabía que tenía algo, y ese algo tenía nombre.
—¿Duerme bien? ¿A qué se dedica? ¿Ha sufrido algo fuera de lo rutinario?
—Sí, soy empleado... me asaltaron.
—Eso es. Trate de no pensar en eso, déjelo pasar. Le voy a dar unas pastillas.
El médico se quedó pensando un momento. Recordó una charla con el vendedor del laboratorio. Se preguntó: "¿Será este el paciente que busco?" Lo observó de arriba abajo. Algo en su cara le dijo que sí. Buscó su bolígrafo dorado, grabado con su nombre, y tomó una hojita blanca. Garabateó algo inentendible y se dirigió al cajón de su escritorio.
La caja del medicamento tenía un aspecto industrial, sobrio. Era capaz de acallar las dudas del hombre más escéptico. Bautizada con un nombre extraño, despertaba una fe casi mística en ella. Era la cura.
—Tome una cada 12 horas.
—¿Para qué son? —preguntó Beltrán, con el temor de quien ofende a Dios al dudar de un salmo.
—Para el estrés —mintió el galeno. Era una pastilla con un gen que anulaba el miedo.
—Que tenga buen día, señor...
Antes de que se diera cuenta, escuchó cerrarse la puerta detrás de sí. Y cada cual a lo suyo; el médico olvidó su rostro tan pronto como salió del consultorio.
Pasó una semana. Era temprano, la secretaria abrió la puerta. Tomó el diario del piso y lo llevó al consultorio. El médico llegó, saludó y esperó las dos respuestas habituales de su secretaria: "Buen día" y "Recién a las 9 hs hay alguien". Bien, tendría tiempo para leer el diario y tomar un segundo café. Fijó la vista en una nota, su cara se desdibujó. Acercó más su vista al diario.
“Todos quieren saber quién es este hombre. Parece que hace una semana era una persona normal, pero desde hace seis días está en pie de guerra contra todas las injusticias que se cruzan en su camino. Tiró a los golpes a un inspector que le hacía una multa cuando venía de pagar el estacionamiento. Destruyó un súper chino cuando el dependiente le dijo que no tenía monedas, y destrozó a palazos un auto que no le dejaba sacar el suyo de su casa. Ahora está participando en la toma de oficinas por mejores condiciones laborales. Este periodista pudo hacerle unas preguntas, a lo que Beltrán respondió: 'Estamos hartos de vivir con miedo a perder nuestro trabajo, el mismo miedo que nos hace soportar tantas injusticias por parte de nuestros jefes. Se acabó. De acá no se va nadie hasta que nos den lo que pedimos...'”.
"Beltrán". Al médico le subió la sangre a la cabeza. Revisó sus cajones, tomó el papel garabateado y leyó en voz alta: "Beltrán". Tomó las cajas del medicamento Fearnex, que ya no le parecían sagradas. Arrugó el papel y metió las cajas en una bolsa para deshacerse de ellas. Ahora, el que tenía miedo era él. Tenía miedo de la cura para el miedo.
Las dos crisis
Las dos crisis
Es cierto que vivimos en una sociedad en crisis, lo vemos a diario. Cuando llegan noticias sobre el costo de los alimentos, el aumento del desempleo, etc., surge la pregunta: ¿hasta qué punto esta situación de emergencia afecta nuestras relaciones individuales? Siempre tendemos a generalizar cuando hacemos una crítica. Cuando estamos enojados, acudimos a un racismo peculiar, diciendo: "estos negros". Este tipo de generalización no sería posible sin la plena conciencia de que la sociedad y yo somos dos entes totalmente diferentes (ellos son ellos y no yo, la sociedad de negros no es mi sociedad. Yo soy yo).
Cualquiera que tenga un amigo docente lo habrá escuchado. Al hablar del sistema educativo, te dará su opinión sobre cómo este activo invaluable de la sociedad, la educación gratuita, ha sido bastardeado por los políticos y los malos docentes. Dicho de otra manera: "se robaron todo". Este término tan popular no hace más que expandirse a todos los ámbitos. Este sentido común de la sociedad cala en esta división entre el individuo y lo colectivo. Aparece el "ellos", y no el "yo". Ellos son los ladrones, y yo los tengo que soportar estoicamente, como Prometeo encadenado a la roca, sufriendo el desgarro de su carne por parte del ave.
Hoy más que en otros tiempos se ve marcada la frontera entre el individuo y la sociedad.
"Todos aquellos grandes sistemas y organizaciones supraindividuales en los que se suele pensar en relación con el concepto de sociedad, no son otra cosa que las consolidaciones (en marcos duraderos y configuraciones independientes) de interacciones inmediatas que se producen hora tras hora y a lo largo de la vida entre los individuos." (Simmel, 2002a: 33).
Los hechos sociales generados por el PRO desde la jefatura del Estado, el aumento de la energía eléctrica, el aumento del agua, el aumento de los combustibles (YPF es propiedad del Estado Nacional), la baja de retenciones al campo y a la minería. Todos son hechos de facto, realizados y palpables. Fueron acompañados por la subida de precios de los alimentos, lo cual no fue responsabilidad directa del presidente Macri, sino de un conjunto de empresas. Y son asumidos por los individuos. La reacción denota la crisis de la que comienzo a hablar. Antes de todo este berenjenal de acciones negativas, la "culpa" era de Cristina. Si ibas al supermercado y veías el pan a X$, la culpa era de "la yegua", era culpable de esos negros planeros a los que tú mantenías, porque tú trabajabas. Era culpable de la notebook en la escuela para esos negros, de los celulares de esos negros, de que no encontraras un lugar "decente" para comer los sábados a la noche porque esos negros ocupaban las plazas y parques. Llegaron en el micro de las relaciones sociales, desde un viaje en taxi hasta una charla después del fútbol. Todo era culpa de "la yegua". Este micro convencimiento llevó al cambio social, es cierto, acotado a un 51%.
"La sociedad en su vida, que se va realizando continuamente, siempre significa que los individuos están vinculados por influencias y determinaciones recíprocas que se dan entre ellos" (Simmel, 2002a: 33).
En el microhilo de las relaciones sociales se generó el cambio macro. Y es allí donde, dolorosamente, se ve que sigue intacto. Porque un presidente como "Mugricio" solo puede durar mientras exista este divorcio de pensamiento entre lo social y lo individual. Allí es donde reinan las redes sociales. Y es allí donde el PRO da su guerra todos los días, tal vez porque sabe que todo otro medio de comunicación es susceptible de manipulación. Eso es lo que CFK no dice con su eslogan "¿Cómo estabas antes del 10 de diciembre de 2015?" Esta pregunta personal tiene una respuesta individual y única para cada uno. Que a la larga o a la corta todos nos contestaremos.
"Las venganzas de Beto Sánchez" es el verdadero Relatos Salvajes del cine nacional.
El edificio teórico de la DERECHA
En su libro Soy Roca, Félix Luna pone en boca de Julio Argentino Roca (JAR) una curiosa historia. Entre tantas oportunidades que podría recordar, hago memoria de una jornada en la travesía puntana. No teníamos baqueano, el agua se había acabado y no se veía otra cosa que monte achaparrado extendido por leguas alrededor. De pronto apareció una senda, ordené seguir a la izquierda. Lo que sufrí en las horas siguientes, solo Dios lo sabe, y solo Dios sabe también la indiferencia que simulé cuando, ya al borde de la desesperación, apareció un puesto con corral de cabras y, maravilla de maravillas, un pozo con balde que fue la vida para hombres y bestias.
En el libro, Félix Luna aclara en sus notas que dicho episodio no está registrado históricamente, en otras palabras, no existió. No es el único de estos hechos, y siempre se relaciona con la idea de mando. Volviendo al episodio narrado, el mismo está inspirado en El Chacho y Memorias Militares, novelas de Eduardo Gutiérrez.
Hace ya mucho tiempo, un profesor me dijo que la vida histórica argentina está plagada de ironías, y él lo achacaba al hecho de que siempre hay una historia que dirige la historia oficial. Que se retrate a JAR como un hábil y sagaz líder, todo esto basado en El Chacho Peñaloza, uno de los personajes borrados de la historia oficial, da que pensar. Que dicha libertad poética se la tome el director de la revista Todo es Historia es algo que también llama la atención.
Roca aquí es un símbolo muy fuerte para la derecha argentina. La solitaria lucha de Osvaldo Bayer para sacar la estatua de este último de su lugar no ha dado resultado. Y a casi 100 años de su muerte, Félix Luna prefiere tomarse licencias antes que contar la verdad.
Tanto Kant como Descartes, y Félix Luna también, dibujan aquí la figura del líder fascista. No es curioso cómo la oposición grita "fascista" al gobierno de CFK. Hoy en día, tanto desde los medios de comunicación como desde las manifestaciones políticas de todo el espectro de la oposición, el grito de guerra es que estamos en la jungla. Porque su "programa de gobierno" es la crítica, muchas veces construida desde falsedades fáciles de demostrar. Todo cuanto pasa es caos. Si hay una huelga, es culpa de CFK; si la justicia libera detenidos, es culpa de CFK. Este es su denominador común. Falta una sola cosa, que es creer que estamos en la jungla, y que la responsable es CFK. Y de esta jungla solo podemos salir con un líder carismático, de quien se cuentan historias inventadas sobre sus dones de liderazgo. Claro, nunca un programa de gobierno, nunca una decisión. Porque este líder está solo para que lo sigamos. Usará el voto para legitimarse, anulando toda manifestación de desacuerdo. Una huelga será traición a la patria. Ir contra él será ir contra la gente. ¿Acaso así llegaremos a algún lugar donde estaremos mejor que en la jungla? Las bases están puestas, y solo falta el estallido de violencia que dé amalgama al nacimiento de este futuro líder. Solo una sociedad civil fuerte puede bloquear este escenario.
Un lápiz rojo
Tenía un lápiz rojo; siempre me ha gustado su color. Cuando uno no conoce el valor de las cosas, un día las rompe. ¿Alguna vez han tenido un lápiz y, a propósito, lo han roto? En algunas ocasiones es posible volver a juntar los dos fragmentos. A la distancia parece como si nada hubiera pasado, pero la grieta está allí. El grafito está partido; lo que "era" ya no "es". Yo lo sé, y ahora tú lo sabes.
¿Se pueden hacer nuevos trazos? Sí, indudablemente que sí. ¿Importa que esté roto? No, tampoco. Solo es un lápiz rojo, pero está roto. Confieso que ya no quiero volver a pegarlo. No debí romperlo, no debí querer ver qué pasaba, pero mi curiosidad me llevó al punto sin retorno. Ahora está roto.
Hasta ayer me molestaba el hecho de querer tenerlo pegado. Verlo y tenerlo me hacía recordar el momento de su rotura; soportar el sentimiento de culpa por haberlo roto, el reproche de mi padre resonando en mi corazón: "Nunca sabes si lo puedes necesitar". Hoy lo recordé, y fui a buscarlo. Allí estaba. Traté de garabatear una letra, algún dibujo... Todavía tiene ese lustre. Pero será la última vez que lo use. Lo dejaré donde estaba, hasta que alguien lo encuentre. Ya no me molesta su grieta ni el momento que la originó. Está allí, yo lo sé, tú lo sabes. Pero ya no importa, ni tengo deseos de recomponerlo. Fue indigno lo que hice, partirlo en dos, pero ¿qué es la dignidad? Es un blasón que se lleva a la tumba. Como un día le dije a alguien: "Nunca busques mi lápida, no cortes nunca una flor para llevar allí. Si me quieres, olvida mis despojos".
Sí, ya sé, ya sé... Tanto lío por un lápiz rojo.
Pablo Barreto
viernes, 11 de octubre de 2024
El papel del arte como medio de conocimiento.
El arte como un lenguaje único
A diferencia de la ciencia, que se basa en el lenguaje formal, y la filosofía, que emplea el razonamiento lógico, el arte utiliza un lenguaje propio que conecta con las emociones, los sentidos y el subconsciente. A través de símbolos, imágenes, colores, sonidos y formas, el arte puede comunicar ideas y sentimientos que no pueden ser expresados adecuadamente con palabras. Un cuadro de Van Gogh, una sinfonía de Beethoven o un poema de Emily Dickinson puede generar una experiencia interior, una comprensión profunda de la vida que va más allá de lo que una descripción científica o un argumento filosófico podría proporcionar.
Los filósofos como Immanuel Kant y Friedrich Schiller reconocieron el valor del arte como una forma de conocimiento intuitivo. Kant argumentaba que la estética y la experiencia artística nos permiten comprender la naturaleza del placer y la belleza, mientras que Schiller veía en el arte una forma de reconciliar la razón y la emoción, lo que él llamaba "la educación estética del hombre". El arte, por lo tanto, no solo transmite información, sino que también educa al ser humano de una manera integral.
El conocimiento emocional y subjetivo
Una de las características únicas del arte es su capacidad para transmitir conocimiento emocional. Mientras que la ciencia nos ofrece explicaciones objetivas y cuantificables del mundo, el arte nos sumerge en la experiencia subjetiva. A través de la literatura, el cine, la música o la pintura, podemos explorar los matices de la experiencia humana: el amor, la pérdida, el sufrimiento, la alegría, el miedo. El arte nos invita a empatizar con los demás, a ver el mundo a través de sus ojos, a compartir sus luchas y triunfos.
Por ejemplo, la novela "Crimen y castigo" de Fyodor Dostoyevski no solo describe un asesinato, sino que nos lleva a la mente y el corazón de Raskólnikov, su protagonista, y nos hace experimentar su tormento psicológico, su culpa y su deseo de redención. A través de esta obra, obtenemos un conocimiento emocional que ninguna teoría psicológica o científica puede ofrecer por sí sola.
Del mismo modo, la pintura puede capturar momentos de la vida que van más allá de la realidad física. El cubismo, por ejemplo, con artistas como Pablo Picasso, nos desafía a ver múltiples perspectivas de una realidad simultáneamente, rompiendo con la visión lineal del tiempo y el espacio que la ciencia propone. A través de la abstracción y la distorsión, el arte puede ofrecer una representación más completa de cómo percibimos y experimentamos el mundo interior.
El arte como reflejo de lo incomunicable
El arte también puede ser una herramienta poderosa para expresar lo que no se puede comunicar fácilmente en términos racionales o científicos. Muchas experiencias humanas, como la espiritualidad, la angustia existencial o la conexión con la naturaleza, no pueden ser comprendidas completamente a través de la ciencia o la lógica. En cambio, el arte ofrece un vehículo para explorar estas dimensiones de la vida.
En este sentido, el arte puede funcionar como un medio para expresar lo inexpresable, como señaló el filósofo alemán Martin Heidegger. En su ensayo "El origen de la obra de arte", Heidegger argumentaba que el arte revela verdades ocultas que permanecen inaccesibles para el pensamiento lógico o científico. Según él, una obra de arte no solo refleja la realidad, sino que también abre un espacio de verdad, una revelación que nos permite experimentar el ser de una manera más profunda.
Los pintores surrealistas, como Salvador Dalí y René Magritte, exploran precisamente este tipo de verdades en sus obras. Al romper con las convenciones visuales y desafiar las expectativas de la realidad, nos invitan a contemplar lo irracional, lo subconsciente y lo misterioso de la existencia humana.
La limitación de la ciencia y la filosofía tradicional
Tanto la ciencia como la filosofía tradicional se centran en el análisis racional y la comprensión lógica del mundo. La ciencia busca verdades objetivas y universales a través de la observación y la experimentación, mientras que la filosofía intenta encontrar respuestas a preguntas abstractas sobre la naturaleza del ser, el conocimiento y la moralidad.
Sin embargo, estas disciplinas, aunque poderosas, tienen limitaciones. No siempre pueden abarcar la totalidad de la experiencia humana, especialmente cuando se trata de aspectos subjetivos y emocionales. El arte, por el contrario, se enfoca precisamente en lo que no puede ser medido, cuantificado o explicado de manera lógica. Nos invita a explorar nuestras emociones, nuestros sueños, nuestros deseos y nuestros miedos.
El poeta Rainer Maria Rilke expresó esta idea de manera hermosa en sus "Cartas a un joven poeta", donde afirma que el arte surge de la necesidad de expresar lo que es esencial para la vida humana, pero que no puede ser expresado de ninguna otra manera. Según Rilke, el arte nos conecta con las verdades más profundas de nuestra existencia, aquellas que no pueden ser capturadas por el lenguaje racional.
El arte como medio de transformación
Finalmente, el arte no solo ofrece conocimiento, sino que también tiene el poder de transformar al observador. A través de la experiencia artística, podemos ser llevados a una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo. El arte puede desafiar nuestras creencias, abrir nuestra mente a nuevas ideas y perspectivas, y ofrecernos una forma de trascender las limitaciones de nuestra experiencia cotidiana.
El filósofo estadounidense John Dewey argumentó que la experiencia estética tiene un valor transformador, ya que nos permite participar activamente en el proceso creativo y reflexivo que el arte ofrece. Según Dewey, el arte no debe ser visto como algo separado de la vida, sino como una forma de vivir y experimentar el mundo de manera más rica y plena.
Conclusión
El arte ofrece una forma de conocimiento única y valiosa, distinta pero complementaria a la ciencia y la filosofía tradicional. A través de su lenguaje visual, sonoro y simbólico, el arte nos permite acceder a verdades emocionales y subjetivas que no pueden ser capturadas por el análisis racional. Al explorar las complejidades de la experiencia humana, el arte nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos, nuestras emociones y nuestra relación con el mundo.
Al final, el arte nos ayuda a conocer no solo el mundo externo, sino también las profundidades de nuestra propia existencia. Como dijo Vincent van Gogh, “El arte es para consolar a aquellos que están rotos por la vida”. En ese consuelo, también hay conocimiento: un conocimiento que transforma, enriquece y expande nuestra visión de lo que significa ser humano.
La paradoja del libre albedrío frente al determinismo: ¿Realmente tomamos nuestras propias decisiones?
Desde tiempos antiguos, filósofos y científicos han debatido sobre una de las preguntas más fundamentales de la existencia humana: ¿tenemos realmente control sobre nuestras decisiones o están nuestras acciones predeterminadas por factores externos? Esta paradoja, conocida como el dilema del libre albedrío frente al determinismo, explora si somos verdaderos agentes libres capaces de elegir nuestras acciones, o si nuestras decisiones están regidas por fuerzas que escapan a nuestro control, como la biología, la física, la sociedad o la historia.
Esta cuestión tiene implicaciones profundas para nuestra comprensión de la moralidad, la responsabilidad y la naturaleza de la identidad humana. Si nuestras decisiones están predeterminadas por una cadena de causas y efectos, ¿podemos ser moralmente responsables de nuestras acciones? Y si somos realmente libres, ¿cómo reconciliar esa libertad con las leyes naturales que rigen el universo? Este artículo explorará las diferentes posturas filosóficas y psicológicas sobre este dilema.
El determinismo: ¿Está todo escrito?
El determinismo es la creencia de que todos los eventos, incluidas las decisiones humanas, están causados por factores previos, y que si conociéramos todas las variables implicadas, podríamos predecir cualquier acción o resultado. Esta idea tiene sus raíces en la física clásica, particularmente en las teorías de Isaac Newton, quien planteaba un universo gobernado por leyes inmutables. Según esta visión, si todo sigue una cadena lógica de causa y efecto, entonces nuestras decisiones son el resultado inevitable de esta red causal.
El filósofo francés Pierre-Simon Laplace fue uno de los primeros en postular el determinismo absoluto. En su famoso "demonio de Laplace", imaginaba a una inteligencia suprema que conocía todas las leyes del universo y las posiciones de todas las partículas. Si esta inteligencia existiera, podría predecir con exactitud el futuro, ya que todo sigue un patrón determinado. Este tipo de determinismo no deja espacio para el libre albedrío: todas nuestras decisiones, pensamientos y acciones estarían predestinadas por una secuencia infinita de causas.
El libre albedrío: ¿Somos realmente libres?
En el otro lado de la discusión, el libre albedrío sostiene que los seres humanos son capaces de tomar decisiones independientes y conscientes, no predeterminadas por factores externos. Esta idea es fundamental para nuestra comprensión de la moralidad y la responsabilidad. Si somos agentes libres, podemos ser responsables de nuestras acciones, ya que podemos elegir entre hacer lo correcto o lo incorrecto.
El filósofo existencialista Jean-Paul Sartre fue un defensor ferviente del libre albedrío, argumentando que los seres humanos están "condenados a ser libres". Para Sartre, no hay una esencia predefinida o una naturaleza humana que determine nuestras acciones. En lugar de eso, debemos crear nuestro propio sentido a través de nuestras elecciones. Esta libertad, sin embargo, también trae consigo una gran responsabilidad, y a menudo causa angustia existencial, ya que cada elección define quiénes somos.
Pero la libertad absoluta también plantea problemas. ¿Qué implica exactamente ser libre? ¿Podemos realmente tomar decisiones completamente independientes de nuestras influencias culturales, biológicas o psicológicas? Para los críticos del libre albedrío, esta noción es ilusoria. Argumentan que nuestras elecciones están siempre influenciadas por factores que escapan a nuestro control, como nuestra genética, educación y las normas sociales.
Compatibilismo: ¿Podemos conciliar ambos conceptos?
Frente a la aparente contradicción entre el determinismo y el libre albedrío, algunos filósofos han propuesto una posición intermedia conocida como "compatibilismo". Esta teoría sostiene que el libre albedrío y el determinismo no son mutuamente excluyentes. Según los compatibilistas, aunque nuestras decisiones pueden estar influenciadas por causas externas, todavía podemos ser considerados moralmente responsables si actuamos de acuerdo con nuestras intenciones y deseos.
David Hume, un defensor del compatibilismo, argumentaba que la libertad no es la ausencia de causas, sino la capacidad de actuar según nuestras motivaciones internas, incluso si esas motivaciones están determinadas por causas previas. En este sentido, el hecho de que nuestras decisiones estén influenciadas por factores externos no significa que no tengamos la capacidad de hacer elecciones significativas.
El compatibilismo ofrece una vía para reconciliar la libertad con las leyes causales del universo. Si aceptamos que nuestras acciones están determinadas, pero que también reflejan nuestras intenciones y deseos, podemos seguir hablando de responsabilidad moral. Este enfoque se refleja en el derecho penal, donde las circunstancias que rodean un crimen, como las influencias psicológicas o las presiones externas, son tenidas en cuenta sin negar por completo la responsabilidad del individuo.
Las implicaciones psicológicas: ¿Es la libertad solo una ilusión?
Desde la psicología, el debate sobre el libre albedrío y el determinismo ha cobrado importancia en la investigación de la cognición y el comportamiento humano. Estudios recientes en neurociencia han puesto en duda la noción de un libre albedrío absoluto. Investigaciones como los experimentos de Benjamin Libet en los años 80 sugieren que el cerebro toma decisiones antes de que seamos conscientes de ellas. Esto ha llevado a algunos científicos a argumentar que nuestras decisiones son simplemente la manifestación consciente de procesos neuronales que ya se han iniciado.
Sin embargo, algunos psicólogos defienden que, aunque nuestras decisiones puedan estar condicionadas por factores subconscientes, esto no invalida completamente la experiencia subjetiva del libre albedrío. La percepción de ser agentes libres es fundamental para nuestra identidad y bienestar psicológico. Creer que tenemos control sobre nuestras acciones nos da una sensación de autonomía y propósito, y puede influir positivamente en nuestra autoestima y motivación.
¿Qué significa esto para la moralidad y la responsabilidad?
El debate entre el libre albedrío y el determinismo tiene profundas implicaciones para la moralidad. Si nuestras decisiones están predeterminadas, ¿somos realmente responsables de nuestras acciones? El determinismo radical podría sugerir que no debemos castigar a los individuos por sus acciones, ya que no tuvieron control real sobre ellas.
Sin embargo, incluso desde una perspectiva determinista, muchos filósofos y teóricos legales argumentan que la noción de responsabilidad sigue siendo crucial para mantener el orden social. Las consecuencias, como el castigo o la rehabilitación, pueden seguir siendo útiles para prevenir futuros comportamientos indeseados, independientemente de si las decisiones fueron libres o no.
Conclusión
La paradoja del libre albedrío frente al determinismo nos enfrenta a preguntas profundas sobre la naturaleza humana y nuestras elecciones. Mientras que el determinismo nos sugiere que nuestras decisiones están predeterminadas por una cadena de causas y efectos, el libre albedrío nos otorga la sensación de autonomía y responsabilidad. El compatibilismo ofrece una vía para reconciliar ambas posiciones, sugiriendo que nuestras decisiones pueden estar determinadas, pero aún así ser moralmente significativas.
Aunque este debate sigue abierto, lo que es claro es que la filosofía y la psicología continúan brindándonos herramientas valiosas para reflexionar sobre nuestras decisiones y las fuerzas que nos guían. La idea de que somos responsables de nuestras acciones, incluso en un mundo donde la causalidad rige nuestras vidas, sigue siendo una de las cuestiones más fundamentales de la experiencia humana.



