Enlaces

Enlaces en línea

sábado, 7 de septiembre de 2024

El Yo y las Instituciones




Cada uno de nosotros está sujeto a nuestra propia naturaleza y nuestros instintos. Desde nuestra más tierna infancia, comenzamos a construir el "yo", moldeado por nuestras experiencias y el entorno. Hace poco, charlaba con un amigo que acaba de ser papá, y él describía cómo su hijo es un pequeño dictador que lo gobernará hasta que logre domesticarlo. Un bebé es tal vez la expresión más auténtica del ser humano; pensemos en la frase: "todos nacemos desnudos, todos somos iguales". Esto no es ningún secreto.

La forma en que construimos y damos sustancia a la palabra "yo" es parte del maravilloso proceso de la vida. Los hábitos que se nos inculcan desde pequeños, las palabras que escuchamos, van modelando nuestro ser. Las palabras son sonidos mágicos que captan nuestras sensaciones y sentimientos, moldean nuestros recuerdos y modifican nuestro entorno. Son una parte fundamental de la sustancia del "yo".

La colonización del Yo 



Una vez que logramos establecer un código de comunicación con los demás seres de nuestro entorno, damos el primer paso hacia la colonización del egoísmo del "yo". A partir de ahí, ya no podremos afirmar que "soy el que soy" por mi propia voluntad, sino que seremos el fruto de nuestro entorno. Inconscientemente, habremos dado el paso que nos integra con los demás, porque el ser humano es gregario, comunitario, y colectivo, resultado de quienes lo rodean y lo antecedieron.

El "yo" es, entonces, producto de otros "yo" que ya no están, pero gravitan sobre nosotros como si estuvieran. Un hombre es lo que los demás creen que es, lo que sus ancestros dejaron para él y lo que él interpreta de sí mismo.

Las instituciones y el Yo



Cada vez que interpretamos una idea y aprendemos de ella, lo hacemos dentro de un parámetro establecido. Las instituciones educativas, a través de sus métodos pedagógicos, van modelando al ser humano. Durante el primer gobierno de Roca, se promovió la inmigración europea. Sin embargo, en su segundo gobierno, surgió la preocupación por la pérdida de los valores y tradiciones argentinas, producto del fenómeno inmigratorio.

Se utilizó la escuela para reeducar al ser nacional y devolverle sus tradiciones y cultura, propias de la Pampa Húmeda. Esta reeducación eliminó otros "yo", como la cultura de los pueblos originarios, generando consecuencias funestas para toda la sociedad. Se borró el idioma materno, rompiendo la interrelación entre padres e hijos. Cito el caso de mi abuela, hija de alemanes, que no hablaba alemán.

Este fenómeno de hacer borrón y cuenta nueva se ha repetido constantemente en nuestra historia. Cada grupo lucha por sus propios intereses, creando un ser nacional ficticio, hijo de las instituciones. Este ser de laboratorio siempre estará en pugna con el "yo" auténtico, propio de las circunstancias y tradiciones.

Conflictos del Yo

Un ejemplo de esta pugna es cuando en la secundaria los alumnos varones tenían prohibido llevar el cabello largo, y si se negaban a cortarlo, eran expulsados. El "yo" individual entraba en conflicto con el "yo" simplificado por la institución.

Otra institución que moldeó el "yo" fue el servicio militar obligatorio. En el libro de Osvaldo Bayer, Los sucesos de la Patagonia trágica, se relata cómo colimbas (soldados conscriptos) fusilaron a 5000 obreros. Me pregunto, ¿cómo logra un buen chico convertirse en un fusilador? Bayer cuenta el encuentro con dos de estos colimbas: uno orgulloso de su acción y otro que rompió en llanto de arrepentimiento.

Yo también fui conscripto de la Armada y pude ver cómo se eliminaba nuestra individualidad: nos cortaron el cabello, nos quitaron nuestra ropa y nos igualaron, pero en el sentido perverso de la palabra, pues no se acabó con las injusticias, sino con el individualismo.

Las corporaciones y el control del Yo



En la actualidad, los medios de comunicación, las corporaciones, actúan como grandes entidades de disciplinamiento del "yo". Usan herramientas como la publicidad para lograr sus cometidos, moldeando nuestras conciencias, recuerdos y sociedades. Las personas son lo que los demás creen que son, y los medios tienen el poder de definir esa percepción.

¿Cómo logran los medios disciplinar incluso a gente culta e inteligente? Este fenómeno es tan poderoso que la única solución parece ser la creación de más medios para tener más voces. Sin embargo, el problema persiste.

Conclusión: El Yo en la sociedad

"Quien soy yo", le preguntó Moisés a Dios, y Dios respondió: "Yo soy el que soy". Jesús también dijo: "Donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estaré". El "yo" necesita de los otros para manifestarse, y somos fruto de las instituciones a las que estamos relacionados, consciente o inconscientemente.

Recuerdo una vez en la facultad cuando el profesor nos pidió que dijéramos en voz alta por quién votaríamos en las elecciones de 1995. De los 30 presentes, 27 dijeron que votarían por Bordón Álvarez. Luego, nos pidió que hiciéramos la votación en secreto, y Menem ganó con 16 votos. ¿Qué cambió? No queríamos reflejar ante los demás lo que realmente deseábamos. Los medios trabajan constantemente para lograr este tipo de manipulación del "yo", buscando imponer un discurso dominante.

No hay comentarios:

Golpe de Estado del 18 de Brumario

  El Golpe de Estado del 18 de Brumario fue un evento clave en la historia de Francia que ocurrió el 9 de noviembre de 1799 (18 de Brumari...