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jueves, 28 de noviembre de 2019

El balance del año y el comienzo que sigue.

 Aquí tienes la corrección de tu texto:


"Hoy que termina el año, siempre se impone en todas las charlas y conversaciones hacer balances. Confieso que muchas veces me he sentado a hacer balances, pero nunca los he terminado. Claro, los personales, por supuesto. Desde chico me acostumbré a que la vida sigue después de fin de año.




Tal vez por eso me gusta esta novela. Si no les gusta leer, vean la película. Recuerdo haberla terminado y sentirme tan mal, claro, anímicamente. Por qué la vida tiene un fin y un comienzo. En la cultura de hoy está de moda creer que vamos hacia un final feliz. Como somos protagonistas de nuestra historia, llegaremos a buen puerto, a ser felices, a triunfar. Si durante el trayecto las cosas van mal, tenemos que creer que en cualquier momento cambiará la suerte. Cuanto más al fondo, más cerca estamos de volver a subir. Tal vez por eso vemos la vida en capítulos, en temporadas. Por eso hacemos balances al terminar el año o al final de la temporada. Al fin y al cabo, no termina la novela, solo un capítulo, nada más. Sin embargo, en la línea de tiempo, el día de hoy y el de mañana no es más que un cambio de horas, medidas y recalculadas. Lo que nació para medir el tiempo de las cosechas ahora rige nuestra vida. Pero el fin implica eso, término, cuando en realidad todo sigue. Los ves en las calles como si insistieras con algo imposible. Ahora no. Empieza el año y veremos. Hasta esa suerte tiene el nuevo presidente. Todos estamos convencidos de que terminó. Por eso no salimos a la calle a romper sus decretos. Pero esto recién empieza. No me importa el final, porque no puedo cambiarlo, pero sí puedo regular cómo llego a él. Y tengo claro algo: algunas películas no terminan bien. No tengo nada que perder."


¡Espero que esta corrección sea útil!

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