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jueves, 13 de junio de 2019

OPINIÓN | Burocracia vs. Libertad


  • Por: Pablo Barreto -Sociólogo-
Uno de los límites de la libertad es la ley, como bien se cuenta en el libro de Franz Kafka “El Proceso”. Dicha libertad está bien resguardad por ese monstruo que es la burocracia. Invariablemente, se trate de la biblia o la constitución, la libertad está bien delimitada por la ley, y su quebranto será objeto de castigo. ¿Pero quien impone el castigo? ¿Quien sujeta el látigo? ¿Quien tiene las llaves de la jaula, quien se queda con el dinero de la multa? Ciertamente no la ley.
Van dos peces jóvenes nadando juntos y se encuentran con un pez más viejo que viene en sentido contrario. El pez viejo los saluda con la cabeza y dice: “buenos días, chicos, ¿cómo está el agua?”. Los dos peces jóvenes nadan un poco más y entonces uno mira al otro y dice: “¿qué demonios es el agua?” –David Foster Wallace, ‘This is Water’-
La ley es el libro de reglas, pero las reglas no son más que una guía que alguien sigue, son impersonales, la doctrina del derecho se basa un tanto en la tradición otro tanto en la moral cristiana y el concepto de comunidad. La idea de que el quebranto de una ley, es un pecado contra el conjunto, también esta doctrina sostiene que la venganza de la víctima es un valor negativo para la sociedad moderna. Estos son los límites de nuestra realidad en cuanto a la libertad.
Para poder limitar, para dejar de ser abstracto, para que podamos someternos a esta frontera de la libertad, nos hemos dado un gobierno, instituciones, grupos de personas armadas, grupos de científicos, juristas médicos químicos, etc.
Una chica de 19 años abrió los ojos en el hospital cuando la iban a preparar para obtener las partes de su cuerpo que podían ser trasplantadas.
Los padres de Carina Melchior, de 20 años, fueron informados de la “muerte” de su hija, en ese momento de dolor los médicos de acuerdo con la evidencia, con la experiencia y con la ley, informaron este duro hecho: “su hija murió”, acto seguido le informaron sobre la donación de órganos, los padres accedieron, según la nota, Carina se despertó en la sala de operaciones donde se iban a oblar sus órganos.
Los médicos obraron como verdugos, decretaron la muerte de una persona que estaba viva. Sus padres acataron esta medida, porque, son respetuosos de la ley, la ley es sagrada y sus representantes son sacerdotes del estado moderno. Del sistema de la burocracia, este hecho queda claro.
La solicitud de los médicos de terminar con el procedimiento, la vida de Carina, y los padres aceptando este hecho como algo natural, catastrófico, pero natural. El factor humano es aquí lo que puso fin a este procedimiento. Carina abrió los ojos, lo que sigue es una demanda, los padres contra el médico y el hospital. La ley sin embargo es aquí la que no fue atacada, es la institución burocrática que tiene el poder de la vida y la muerte la que continua en marcha. Esto es lo que Franz Kafka retrata en el “El Proceso“: la ley esta resguardad por los burócratas.
La ley como ideal, él lo que busca Josef K. y no le es posible alcanzarlo. Es pertinente explicar la historia de los peces: cuando todos vivimos una realidad tanto tiempo, esta realidad se vuelve invisible.
Hace pocos días encontré a Carina Melchior –Dinamarca-, por estos milagros de las redes sociales, le hice algunas preguntas sobre su caso, por supuesto no le gusta recordarlo, pero amablemente respondió:
  • Leí una nota sobre su historia de recuperación después de un accidente, su historia se volvió viral aquí en Argentina, debido a la aprobación de una ley sobre donación de órganos, soy un sociólogo, y la encontré en Facebook, me tomé el atrevimiento de contactarla…
Carina Melchior: Entiendo, creo que sucedió en muchos países.
  • Su historia es verdadera, ya que en la red hay muchas historias falsas. Escuché a mis alumnos hablar de su caso ¿Cómo está tu vida ahora? ¿Se casó, tuvo hijos? ¿Trabaja?
Carina Melchior: No estoy casada, tengo novio. Busque una pasantía para mi educación y estoy trabajando en una pasantía desde la casa. Quiero seguir con mi vida, mi accidente fue en 2011.
  • “El Proceso” -título original en alemán: Der Procesos- es una novela sin terminar de Franz Kafka ¿la conoces?
Carina Melchior: No
  • Durante toda la situación del accidente ¿se sintió víctima, responsabiliza una persona o institución?
Carina Melchior: Me enojé un poco con el sistema
  • Cree en el destino, la suerte, la ley… ¿en el ser humano?
Carina Melchior: No estoy segura, tal vez tenga un poco de suerte. Me puse triste cuando me doy cuenta de que ninguno de mis sueños tendrá esperanza…
  • Por último, podrías darme un breve concepto con tus palabras sobre el bien y el mal
Carina Melchior: Creo en buenos y malos, en las personas todo dependerá de la situación.
A nueve años de estar a merced de sus verdugos, no parece haber rencor ni odio, así son las personas van adelante, que haya elegido la suerte es revelador, Carina como Josef K. viven una realidad que les es invisible.
…Mientras miles de mujeres clama por la despenalización del aborto, el Congreso “aprobó la ley Justina
Pocas veces este ente burocrático se conmueve, pero generalmente lo hace cuando el individuo o el colectivo ciudadanos plantea límites a la libertad de poner límites, la ley no es comprensiva, el burócrata, el médico, el juez, el policía, tal vez lo sean, pero obedece invariablemente a su amo. El superior imperio de la gracia burocrática.
Pienso que mientras miles de mujeres clama por la despenalización del aborto, el Congreso “aprobó la ley Justina: todos los mayores de edad son donantes de órganos salvo que se hayan opuesto en vida”. Básicamente si caes en coma y no tomaste el recaudo de dejar en claro que no eres donador vas a quedar en manos de un burócrata que decretara tu muerte.
El burócrata podrá decidir sobre tu vida, pero no las mujeres no pueden decidir sobre su embarazo. El límite de la libertad se corre siempre en un solo sentido, y siempre a favor del control sobre el individuo, las sociedades modernas se reinventan así mismo todos los días. Vivimos en esa realidad durante tanto tiempo que nos parece invisible.

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