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jueves, 22 de mayo de 2008
lunes, 19 de mayo de 2008
sábado, 17 de mayo de 2008
posterizado
Para hacer el efecto de posterizado en Photoshop y convertir una imagen fotográfica en un afiche con tres colores (rojo, blanco y negro), puedes seguir estos pasos:
Abrir la imagen en Photoshop:
- Abre Photoshop y carga la imagen que deseas editar.
Convertir la imagen a blanco y negro:
- Ve a
Imagen > Ajustes > Blanco y negro
para convertir la imagen a escala de grises.
- Ve a
Aplicar el filtro de Posterizar:
- Luego, ve a
Filtro > Artístico > Posterizar
. - En el cuadro de diálogo que aparece, ajusta el número de niveles. Esto determinará cuántos colores se usarán en la imagen. Para tu caso, ajusta los niveles para tener solo tres colores: rojo, blanco y negro. Puedes ajustar este número hasta lograr el efecto deseado.
- Luego, ve a
Ajustar y guardar la imagen:
- Haz ajustes adicionales si es necesario para mejorar el contraste o la saturación de los colores.
- Finalmente, guarda la imagen en el formato y tamaño deseado.
Siguiendo estos pasos, deberías poder lograr el efecto de posterizado con los colores específicos que mencionaste (rojo, blanco y negro) en tu imagen fotográfica en Photoshop.
viernes, 16 de mayo de 2008
Efecto de posterizado a la imagen de un perro
El efecto de posterizado en Photoshop transforma una imagen en un estilo gráfico con menos tonos de color, creando áreas definidas con bordes nítidos. Este efecto es ideal para darle un aspecto de ilustración o de arte pop a una imagen. Aplicarlo a la imagen de un erizo en Photoshop es un proceso sencillo. Aquí te dejo los pasos:
Pasos para aplicar el efecto de posterizado a la imagen de un erizo en Photoshop:
Abrir la imagen:
- Abre Photoshop y carga la imagen del erizo seleccionando
Archivo
>Abrir
y eligiendo la imagen que deseas editar.
- Abre Photoshop y carga la imagen del erizo seleccionando
Duplicar la capa:
- Para trabajar sin perder la imagen original, duplica la capa de fondo haciendo clic derecho sobre la capa en el panel de capas y seleccionando "Duplicar capa". O simplemente presiona
Ctrl + J
(Windows) oCmd + J
(Mac).
- Para trabajar sin perder la imagen original, duplica la capa de fondo haciendo clic derecho sobre la capa en el panel de capas y seleccionando "Duplicar capa". O simplemente presiona
Aplicar el ajuste de Posterizar:
- Con la capa duplicada seleccionada, ve a
Imagen
>Ajustes
>Posterizar...
. - Aparecerá un cuadro de diálogo donde puedes ajustar los niveles de posterización. Un número bajo de niveles (como 3-5) reducirá los tonos y creará un efecto más extremo, mientras que un número más alto suavizará el efecto. Prueba con diferentes valores para ver cómo afecta la imagen del erizo.
- Con la capa duplicada seleccionada, ve a
Ajustes opcionales:
- Puedes combinar el efecto de posterizado con otros ajustes, como cambiar los niveles de brillo y contraste (
Imagen
>Ajustes
>Brillo/Contraste
), para realzar el efecto y destacar más las áreas de sombra y luz en la imagen del erizo.
- Puedes combinar el efecto de posterizado con otros ajustes, como cambiar los niveles de brillo y contraste (
Añadir bordes nítidos (opcional):
- Si deseas resaltar más los contornos del erizo, puedes aplicar un filtro de "Bordes" para darle un aspecto más artístico. Ve a
Filtro
>Estilizar
>Encontrar Bordes
. Luego puedes combinar esta capa con la capa de posterización en modo de fusión para conseguir un resultado único.
- Si deseas resaltar más los contornos del erizo, puedes aplicar un filtro de "Bordes" para darle un aspecto más artístico. Ve a
Guardar la imagen:
- Una vez que estés satisfecho con el resultado, guarda la imagen final seleccionando
Archivo
>Guardar como...
y eligiendo el formato que prefieras (JPEG, PNG, etc.).
- Una vez que estés satisfecho con el resultado, guarda la imagen final seleccionando
Este proceso le dará al erizo un estilo visual llamativo y estilizado, destacando las formas y texturas con menos detalles, pero con un toque artístico.
Lost, Crear un Efecto de Agua y Cielo en Photoshop
Tutorial: Crear un Efecto de Agua y Cielo en Photoshop
1. Crear el Cielo:
- Abrir un nuevo documento: Comienza abriendo un nuevo documento en Photoshop con las dimensiones que desees.
- Crear un degradado para el cielo:
- Selecciona la herramienta Degradado (G).
- En la barra de opciones, elige un degradado lineal que vaya de un azul claro a un azul más oscuro (o del color que prefieras para tu cielo).
- Aplica el degradado desde la parte superior hacia abajo, cubriendo aproximadamente la mitad superior del lienzo.
2. Crear el Agua:
- Duplicar la capa del cielo:
- Duplica la capa del cielo (Ctrl + J en Windows / Command + J en Mac).
- Invierte la duplicada (Ctrl + T, luego clic derecho y selecciona "Voltear verticalmente").
- Añadir el efecto de onda:
- Con la capa invertida seleccionada, ve a Filtro > Distorsionar > Onda.
- Ajusta los valores para crear ondas que imiten la superficie del agua. Esto dará la ilusión de reflejo.
- Aplicar desenfoque:
- Aplica un desenfoque gaussiano a la capa del agua (Filtro > Desenfoque > Desenfoque gaussiano) para suavizar el efecto y hacer que el agua parezca más natural.
3. Añadir Detalles al Agua:
- Crear reflejos:
- Crea una nueva capa encima de la capa del agua.
- Con un pincel suave y blanco, pinta algunas líneas horizontales en la superficie del agua para simular reflejos de luz.
- Baja la opacidad de la capa para que los reflejos se vean sutiles.
- Añadir movimiento:
- Ve a Filtro > Desenfocar > Desenfoque de movimiento y ajusta la dirección y distancia para simular el movimiento del agua.
4. Mejorar el Cielo:
- Añadir nubes:
- Crea una nueva capa y selecciona la herramienta Pincel (B).
- Selecciona un pincel de nubes (puedes encontrarlo en las opciones de pinceles de Photoshop o descargar uno) y pinta nubes en el cielo.
- Ajusta la opacidad y el flujo para que las nubes se integren bien con el fondo.
- Ajustar los colores:
- Ve a Imagen > Ajustes > Tono/Saturación y juega con los valores para obtener los colores deseados en el cielo y el agua.
5. Ajustes Finales:
- Combinar las capas: Combina todas las capas si estás satisfecho con el resultado (Ctrl + E en Windows / Command + E en Mac).
- Ajustes globales: Aplica ajustes globales como brillo/contraste, curvas o niveles para mejorar el contraste y la profundidad de la imagen.
- Añadir efectos adicionales: Puedes agregar efectos adicionales como reflejos solares o destellos de luz para darle un toque más realista y dramático.
6. Guardar tu Proyecto:
- Una vez que estés satisfecho con el efecto de agua y cielo, guarda tu proyecto en el formato deseado (JPG, PNG, PSD).
Este proceso te permitirá crear un efecto de agua y cielo realista en Photoshop, utilizando principalmente los filtros y ajustes básicos.
wrahol
tutorial para crear un efecto de Díptico de Andy Warhol en Photoshop, inspirado en su icónico estilo de arte pop.
Materiales Necesarios:
- Adobe Photoshop
- Imagen fotográfica (preferiblemente un retrato)
Pasos para Crear el Efecto de Díptico de Andy Warhol:
1. Preparar la Imagen
- Abrir la Imagen:
- Abre Photoshop y carga la imagen que deseas editar (
Archivo > Abrir
).
- Abre Photoshop y carga la imagen que deseas editar (
- Recortar la Imagen (Opcional):
- Si la imagen no tiene las proporciones deseadas, usa la herramienta de recorte (
C
en el teclado) para ajustar el tamaño y el encuadre.
- Si la imagen no tiene las proporciones deseadas, usa la herramienta de recorte (
- Duplicar la Capa:
- Duplica la capa de la imagen (
Ctrl + J
oComando + J
en Mac).
- Duplica la capa de la imagen (
2. Convertir la Imagen a Blanco y Negro
- Desaturar la Imagen:
- Con la capa duplicada seleccionada, ve a
Imagen > Ajustes > Desaturar
(Shift + Ctrl + U
oShift + Comando + U
en Mac). Esto convertirá la imagen a blanco y negro.
- Con la capa duplicada seleccionada, ve a
3. Aplicar el Efecto de Posterizado
- Aplicar el Filtro de Posterizado:
- Ve a
Filtro > Artístico > Posterizar
. Ajusta los niveles de posterización para obtener un efecto de bloques de color, típicos del estilo Warhol. Un nivel de 4 suele funcionar bien.
- Ve a
- Mejorar el Contraste:
- Ve a
Imagen > Ajustes > Brillo/Contraste
y aumenta el contraste para resaltar los bloques de color.
- Ve a
4. Crear una Paleta de Colores de Warhol
- Aplicar Color a las Capas:
- Crea una nueva capa de relleno de color sólido (
Capa > Nueva capa de relleno > Color sólido
) y elige un color vibrante (como un amarillo, rosa, azul, o verde). Coloca esta capa sobre la capa desaturada. - Cambia el modo de fusión de la capa de color sólido a
Multiplicar
oSuperponer
para que se mezcle con la imagen en blanco y negro.
- Crea una nueva capa de relleno de color sólido (
- Repetir para Más Colores:
- Repite este paso para crear varias versiones de la imagen, cada una con un color vibrante diferente.
5. Crear el Díptico
- Combinar las Imágenes:
- Organiza las imágenes en una sola composición. Para un díptico clásico, coloca dos versiones de la imagen (con colores diferentes) una al lado de la otra.
- Alinear y Ajustar el Tamaño:
- Asegúrate de que ambas imágenes estén alineadas y tengan el mismo tamaño. Puedes usar guías (
Ctrl + R
para activar las reglas) para ayudarte a alinear las imágenes.
- Asegúrate de que ambas imágenes estén alineadas y tengan el mismo tamaño. Puedes usar guías (
6. Finalizar y Guardar
- Ajustes Finales:
- Haz cualquier ajuste final de color o contraste para asegurarte de que ambas imágenes se complementen bien.
- Guardar la Imagen:
- Guarda la imagen final (
Archivo > Guardar como
) en el formato que prefieras, como JPEG o PNG.
- Guarda la imagen final (
¡Y eso es todo! Ahora tienes una imagen con el efecto de Díptico de Andy Warhol, con los colores brillantes y el estilo de arte pop que lo caracteriza.
martes, 13 de mayo de 2008
viernes, 9 de mayo de 2008
Nenas, crear una imagen en la que una persona esté en color y las otras dos difuminadas
Para crear una imagen en la que una persona esté en color y las otras dos difuminadas con un color más opaco en Photoshop, puedes seguir estos pasos:
Abrir la imagen: Abre la imagen en Photoshop.
Seleccionar las personas: Utiliza la herramienta de selección (como la Herramienta de Selección Rápida o la Pluma) para seleccionar a las tres personas por separado.
Crear capas de ajuste:
- Con las personas seleccionadas, crea una capa de ajuste de Tono/Saturación (Capa > Nueva capa de ajuste > Tono/Saturación).
- Ajusta la saturación a -100 para desaturar completamente las personas que quieres que estén en blanco y negro.
Aplicar el desenfoque:
- Con las personas aún seleccionadas, ve a Filtro > Desenfoque > Desenfoque Gaussiano.
- Ajusta el radio del desenfoque gaussiano según lo opaco que deseas que estén las otras dos personas. Puedes previsualizar el efecto y ajustarlo hasta que estés satisfecho.
Máscara de capa:
- Con la capa de ajuste seleccionada, crea una máscara de capa haciendo clic en el icono de máscara de capa en la parte inferior de la paleta de capas.
- Usa un pincel con dureza baja y opacidad baja para pintar en negro sobre las áreas de la máscara donde deseas revelar el color original de las personas. Esto permitirá que solo una persona (o más, según lo que necesites) esté en color mientras las otras permanecen desenfocadas y en blanco y negro.
Ajustes finales:
- Puedes ajustar la opacidad de la capa de desenfoque y la saturación en la capa de ajuste de Tono/Saturación para refinar el efecto.
Este proceso te permitirá crear el efecto deseado de una persona en color y las otras difuminadas y en blanco y negro. Asegúrate de trabajar con cuidado las máscaras de capa para obtener el resultado visual que buscas.
jueves, 8 de mayo de 2008
Textos y pueblos
martes, 6 de mayo de 2008
Agua
Significado del Ciclo del agua (con imágenes)
viernes, 2 de mayo de 2008
Trazados
Resumen
| |
Bermejo, Federico Alejandro
Tolini, Diego Javier
Desde mediados del siglo XX, la noción de intersubjetividad ha ido adoptando una importancia cada vez mayor en el campo del psicoanálisis. Si bien es posible encontrar, con anterioridad a la obra de Lacan, ciertos esbozos poco articulados de esta noción (entre los que destacan, de manera fundamental, los aportes de Winnicott), no es sino con el propio Lacan que el concepto de intersubjetividad comienza a formalizarse de manera rigurosa y sistemática dentro del psicoanálisis. Ya a partir de la década de 1950, Lacan comienza a referirse asiduamente a la noción de intersubjetividad y al lugar que la misma ocuparía en la experiencia analítica. Estas referencias abundan en sus escritos de la referida década pero además en sus dos primeros seminarios publicados, seminarios que, en su conjunto, ocupan el período de 1953-1955.
Este proyecto partió de la siguiente inquietud: ¿Cómo Lacan introduce el concepto de intersubjetividad en su obra y, de manera más importante aún, en el campo del psicoanálisis? Para responder a esta pregunta nos situamos en su primer seminario, donde la cuestión de la intersubjetividad es trabajada con una rigurosidad que trasciende la mera referencia aislada. Allí encontramos que la primera vez que aparece el término intersubjetividad -el 7 de enero de 1954, en la tercera clase que dicta sobre los escritos técnicos de Freud-, éste pasa a designar cierto tipo de campo establecido entre el paciente y su analista. Aquí, Lacan se halla en diálogo con Annie Reich, o en rigor, por intermedio de ella, con toda la escuela inglesa de psicoanálisis, diálogo que no tiene otra finalidad que la de refutar el dispositivo técnico llevado adelante por dicha escuela a partir de cierta interpretación apócrifa (de acuerdo a Lacan) de la obra de Freud, en particular de su segunda tópica. En este contexto, Lacan identifica, para denunciar, una técnica asentada en el hic et nunc, en la interlocución presente, dada entre el analista y el paciente, donde la interpretación se dirige de ego a ego, o de égaux a égaux. Aquí es entonces donde Lacan habla, por vez primera en sus seminarios, del "campo intersubjetivo" establecido entre los dos componentes de la relación analítica, de un campo, en rigor, intersubjetivo e imaginario. De modo que lo que Lacan introduce por vez primera en sus seminarios es una noción que no es frecuentemente considerada en los estudios de la intersubjetividad en Lacan, una noción que queda relegada por el peso de lo simbólico en la doctrina lacaniana, pero que, no por esto, debemos dejar de tomar en consideración. El mismo planteo de Lacan nos lleva a reconocer la importancia de la intersubjetividad imaginaria; esto es lo que Lacan comienza por introducir en sus seminarios. Surge a partir de esto la necesidad fundamental de distinguir esta intersubjetividad imaginaria de la intersubjetividad simbólica, esa intersubjetividad "radical" de la que Lacan dice que es preciso reconocer desde un origen, y sin cuyo aporte se vuelve imposible pensar lo esencial de la experiencia analítica.
Para introducir esta noción Lacan se sirve en su seminario de los años 1953-1954 de dos interlocutores privilegiados: en primer lugar, de Balint, cuya noción de primary love le sirve para refutar la noción de "relación de objeto"; y en segundo lugar, de Sartre, pero no esta vez para refutarlo sino para servirse de él a los efectos de recuperar el registro de la intersubjetividad en psicoanálisis. Llegados a este punto, nuestro proyecto se orienta hacia una de estas relaciones en las que Lacan se apoya para introducir la intersubjetividad, la relación Lacan-Sartre; y de la complejidad que es preciso reconocer como propia de esta relación, nos situaremos en un punto específico para determinar la legitimidad de una cierta aproximación conceptual que someteremos a análisis.
Hemos constatado que los proyectos del Lacan de la década de 1950 y del Sartre de La trascendencia del ego se aproximan al menos en un punto, a saber: en la intención de "purificar" un plano trascendental (el sujeto en Lacan y la conciencia irreflexiva en Sartre) de una estructura objetiva y trascendente, el ego. Establecer esta diferencia de planos o registros es indispensable para comprender la noción lacaniana de intersubjetividad y la distinción entre una intersubjetividad simbólica y otra imaginaria. Así, y dado que Lacan comienza planteado la inadecuación técnica de la intersubjetividad imaginaria, nos situaremos en este plano, es decir, el de la relación de ego a ego, o de igual a igual, para establecer si es legítimo plantear una proximidad conceptual entre las nociones lacaniana y sartreana de ego. ¿Qué entiende Lacan por ego, por esa "función" que se instala en el seno del vínculo imaginario con un otro semejante? ¿Qué entiende Sartre por ego, por ese objeto que, desde afuera, se le presenta a la conciencia trascendental? ¿En qué puntos -o en qué puntos no- sería admisible aproximar la noción lacaniana de ego, noción indispensable para pensar aquella dimensión imaginaria de la intersubjetividad, con la sartreana? Estas preguntas son las que se propondrá responder el presente proyecto.
Los proyectos del Lacan de los años ´50 y del Sartre de los ´30 se aproximan en un punto fundamental, a saber, en la intención de purificar un plano trascendental -el sujeto en Lacan, la conciencia irreflexiva en Sartre- de una estructura objetiva y trascendente, el ego. Luego de constatar que las categorías de sujeto y de conciencia irreflexiva se asemejan en una serie de aspectos fundamentales, nos preguntamos qué relación podía establecerse entre las respectivas nociones de ego. Nos insertamos, de este modo, en el campo de los debates que a este respecto existen, debates de los que surgen como interlocutores principales Borch-Jacobsen, Roudinesco, Le Gaufey y, en nuestro país, Sara Vasallo, y que giran en torno a la influencia que Sartre, y en algunos casos particularmente su trabajo La trascendencia del Ego, habría tenido en Lacan en cuestiones tales como el cogito, el ego o el sujeto, y en el marco de la recepción, en la Francia de la década del ´30, de la filosofía de Husserl, de Hegel (vía Koyré y Kojève) y de Heidegger. Así es que decidimos partir de Lacan para reconstruir una noción de ego tal como surge de sus producciones desde 1936, momento de la "fallida" ponencia de Marienbad, hasta el Seminario I sobre los escritos técnicos de Freud, siendo éste nuestro punto de llegada, puesto que el proceso de constitución del yo que, ya desde 1936 constituía el objeto primordial de reflexión de Lacan, será retomado aquí en el marco de las tres dimensiones -imaginario, simbólico, real- que Lacan había comenzado a introducir a comienzos de los años ´50. Ya desde 1936, Lacan enfatizaba la importancia psicológica de la Gesltalt, vinculándola con el concepto freudiano de imagen, y preguntándose por la importancia constitutiva de la misma. En el texto La familia (escrito ese mismo año pero publicado dos años después), Lacan presenta las primeras líneas en su obra sobre la cuestión de la constitución del yo en el estadio del espejo, donde describe el surgimiento, a partir de la relación del niño con la imagen especular, de aquella unidad que lo fija, lo forma y lo aliena de un modo primordial. Luego de ese período de silencio que estuvo signado por la Segunda Guerra Mundial, Lacan vuelve a publicar e irá completando entonces este esquema inicial. En 1946, advierte sobre lo que será un leitmotiv en su enseñanza de los primeros años de la década del ´50, a saber, sobre el error de confundir el ego con el sujeto, o de identificarlo con una supuesta función de síntesis o con el sistema percepción-conciencia. Vincula, por vez primera, al ego con el desconocimiento, lo concibe como "forma ideal", y, a partir de ciertos ejemplos tomados de la etología, vuelve a enfatizar el poder morfogénico de la imagen: no sólo es una forma sino que además induce formas. Agrega además aquí la dimensión de la anticipación: el ego surgiría por la anticipación de una unidad en el seno de una relación o una tensión instalada entre el individuo y una imagen. El estadio del espejo aporta ciertas consideraciones relevantes acerca de la separación terminológica entre je y moi. Este texto es considerado, por lo demás, como el fundador de la función del moi. El je del título resuena con el Ich freudiano, pero además con todas las dificultades suscitadas por la traducción al francés de Husserl, tan célebre en el medio intelectual francés a partir de la década del ´30. Aquí es donde deberemos indagar la significación y el alcance de las nociones de je y de moi, pues son dispares las opiniones que a este respecto existen. Por lo demás, el estadio del espejo y las vicisitudes del yo continúan siendo descritos en términos ya familiares: prematuración, pluralidad, cuerpo despedazado, "turbulencia de los movimientos", anticipación, exterioridad, forma y "puesta en forma", individuación, unidad, totalidad, etc. Todo el Seminario I que Lacan dicta desde finales de 1953 hasta mediados de 1954 gira en torno a la necesidad de rectificar ese extravío en que cayó gran parte del freudismo al interpretar el ego del paciente como un aliado, algo a reforzar o moldear de acuerdo al ego del analista que, interviniendo en la relación analítica, constituiría la medida del ajuste normativo a la realidad. Tomando la palabra como perspectiva central, será preciso, para Lacan, hacer intervenir una dimensión trascendental que mediatice la relación dual paciente-analista. El ego, dirá Lacan aquí, está ubicado más acá del sentido de las palabras, y opera una captura alienante sobre el sujeto. Lacan lo define como un sistema que surge en el seno de una relación imaginaria con el otro. El yo, en efecto, es correlativo al otro: "el nivel en que es vivido el otro sitúa el nivel exacto en el que, literalmente, el yo existe para el sujeto". Se insiste nuevamente con lo que ya había sido afirmado durante la década del ´40, a saber, con el desconocimiento como función fundamental del ego. Función de desconocimiento, finaliza Lacan, en el análisis, por cierto, pero también en "una gran tradición filosófica": es difícil no pensar aquí en la fenomenología, y en particular en Sartre quien no en otros términos define al ego en La trascendencia del Ego (si bien, en efecto, el ego es, para Sartre, "dudoso", "falso" o "enmascarante" en relación a la conciencia, lo será por otras razones). En un origen, dirá Lacan, se trata de la "realidad pura y simple", no delimitada, no definida, caótica y absoluta: la imagen del cuerpo será lo que ofrece al sujeto la primera forma que le permite ubicar, organizar, integrar y distinguir lo que es y lo que no es el ego. Este relevamiento parcial permite delimitar las preguntas que orientarán el análisis: ¿qué es lo que hay antes del estadio del espejo y, en particular, qué es lo que se identifica con la imagen especular? ¿Cómo se da allí el proceso de constitución del ego? ¿Cuál es la naturaleza y función de este ego resultante? ¿Y, por último, cómo opera la imagen, de aquí en adelante, en la estructuración de la realidad? La misma distinción lacaniana entre un je y un moi podemos observarla en el trabajo La trascendencia del ego de Sartre, si bien con significaciones disímiles: este trabajo constituirá el tercer momento de nuestro análisis. El je y el moi sartreanos son partes de un mismo ego que -ésta es la tesis fuerte del trabajo- constituye un objeto trascendente, un objeto del mundo. El je es una presencia formal y activa, el moi, una instancia material y pasiva. Ambos son definidos como unidades, el je como unidad de las acciones, el moi como unidad de los estados y cualidades: el ego será, por extensión, la unidad (o totalidad) trascendente de las acciones y los estados, una unidad de la que también se resalta su carácter ideal (noemático), infinito e indirecto. También le asigna Sartre una función de síntesis, y de continente en relación a lo psíquico. El ego, y aquí Sartre se aproxima presuntamente a Lacan, es aquello que obstruye nuestra posibilidad de "conocernos bien", un "mirage perpetuamente decepcionante" que obliga, a los fines de auto-conocerse, a "tomar sobre sí el punto de vista del otro, es decir, forzosamente, un punto de vista falso". Más adelante, resaltará Sartre su carácter "dudoso" e incluso "enmascarante": el "poder del Genio Maligno se extiende hasta ahí". El ego es también aquí constituido: será un producto, en rigor, de lo que Sartre llama conciencia reflexiva. Deberemos indagar las sugestivas precisiones que da el texto de Sartre acerca de este proceso de constitución. Pondremos en perspectiva, en cuarto lugar, las nociones reconstruidas de ego de Lacan y de Sartre, para analizar comparativamente su naturaleza, constitución y función, y determinar si las similitudes terminológicas encontradas (je, moi, unidad, totalidad, trascendencia, idealidad, síntesis, desconocimiento, mirage, falsedad, enmascaramiento, etc.) permanecen sólo en un plano nominal o pueden ingresar en una aproximación más profunda a nivel conceptual. En este último caso, será preciso arriesgar algunas hipótesis que permitan explicar dicha aproximación eventual. Así, y llegado el caso, nos remitiremos finalmente a un análisis histórico-conceptual del que, según nos permite afirmar una primera lectura, resaltarán las figuras de Husserl (en particular las dos conferencias dadas el 23 y 25 de febrero de 1929 en la Sorbona, conferencias traducidas al francés y publicadas en 1931 bajo el título de Meditaciones cartesianas, y que gran influencia han tenido en la intelectualidad francesa de la década de 1930 en adelante) y de Hegel, vía Alexandre Koyré y, fundamentalmente, Alexandre Kojève.
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Texto trazados
Que Saulo y Pablo son la misma persona es algo que no pasa desapercibido al menos versado de los lectores de la Biblia. Ahora bien, ¿cómo sabemos que eso es así? Y en tal caso, ¿a partir de qué momento Saulo adopta el nombre de Pablo ?
Lo cierto es que Pablo firma como Pablo veintinueve veces en las catorce cartas suyas que nos han llegado (porque como sabe bien el lector de esta columna, consta de la existencia de cartas que no nos han llegado). Ni una sola vez firma o se refiere a sí mismo, en cambio, como Saulo.
Que Saulo y Pablo son la misma persona lo conocemos gracias a Lucas, que en los Hechos de los Apóstoles lo expresa con toda claridad en una ocasión, más que suficiente:
“Entonces Saulo, también llamado Pablo […]” (Hch. 13, 1).
Ocasión que es la primera, por cierto, en la que le llama Pablo, y también la última en la que le llama Saulo, lo que tratándose del ordenado Lucas que no deja nada al albur, no puede entenderse como casual.
Dicho todo lo cual la pregunta es: ¿en qué momento ocurre que Lucas empieza a llamar Pablo a Pablo y deja de llamarlo Saulo? La lectura de los Hechos permite restablecer con bastante exactitud el contexto en el que ello acontece, que coincide por ejemplo con el momento en que en Antioquía los cristianos pasan a ser llamados precisamente “cristianos”(Hch. 10, 26). Pablo acaba de ser recogido en Tarso por Bernabé:
“Estuvieron juntos durante un año entero en aquella iglesia e instruyeron a una gran muchedumbre” (Hch. 11, 26).
Y pasa en Antioquía un año. Mientras Pedro es detenido y encerrado en prisión y escapa de ella, y Herodes (Agripa) hace matar a Santiago apóstol (Hch. 12, 1) para poco después morir él mismo “pasto de los gusanos” (Hch. 12, 23), Pablo vuelve a Jerusalén con Bernabé y con Marcos, para retornar después a Antioquía. Estando allí el Espíritu Santo dice: “Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los tengo llamados” (Hch. 13,2)
“Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí navegaron hasta Chipre. Llegados a Salamina anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan que les ayudaba. Habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, encontraron a un mago, un falso profeta judío, llamado Barjesús, que vivía con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente. Éste hizo llamar a Bernabé y Saulo, deseoso de escuchar la palabra de Dios. Pero se les oponía el mago Elimas -pues eso quiere decir su nombre- intentando apartar al procónsul de la fe. Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno de Espíritu Santo, mirándole fijamente, le dijo […]” (Hch. 13, 410).
Y Lucas ya no vuelve a llamar Saulo a Pablo. Quince veces le ha llamado “Saulo”, pero desde el episodio de Chipre no lo vuelve a hacer. Un Lucas que, como ya se ha dicho arriba, es muy preciso en su escritura y nunca hace nada al albur, como demuestra por ejemplo cuando va dando a los seguidores de Cristo el nombre que van recibiendo en cada momento en una perfecta secuencia histórica (pinche aquí para conocer del tema). Así que la pregunta que dejó hoy aquí formulada es la siguiente: ¿es en Chipre donde cambia su nombre para pasar a ser Pablo?
De ser eso así lo único que se puede decir a ciencia cierta es que el cambio de nombre no se produce de manera simultánea al bautismo que, en el caso de Pablo, sabemos perfectamente cuándo y dónde lo tomó, en Damasco poco después de tener la visión de Jesús, y hasta quién se lo administró:
“Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: ‘Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo’ Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado”. (Hch. 9, 1718)
Ahora bien, ¿quién dice que cuando Pablo se bautiza los cristianos recibieran el nombre con ocasión del sacramento iniciático? Porque lo cierto es que aún hubo de pasar mucho tiempo antes de que ello fuera así. Aunque de eso hablaremos otro día. Por hoy y como siempre, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.
Veteranos
Durante su intensa vida operativa participó en maniobras conjuntas con unidades de la Armada de Estados Unidos, de la Marina Real Británica, de la Marina de Italia, de la Marina Francesa y de la Armada del Uruguay. También se ejercitó con unidades del Ejército Argentino, de la Prefectura Naval Argentina y de la Marina Mercante Argentina.
HMS Venerable
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"Jesús, el Maestro que Inspira: Una Lección de Dedicación y Solidaridad"
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