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"Blog personal de Pablo Barreto, diseñador gráfico e ilustrador y Sociólogo, que sirve como portafolio de su trabajo creativo y espacio para sus reflexiones sobre cultura, diseño y vida. Un archivo digital con más de 15 años de contenido auténtico y diverso.".

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jueves, 28 de noviembre de 2019

El balance del año y el comienzo que sigue.

 Aquí tienes la corrección de tu texto:


"Hoy que termina el año, siempre se impone en todas las charlas y conversaciones hacer balances. Confieso que muchas veces me he sentado a hacer balances, pero nunca los he terminado. Claro, los personales, por supuesto. Desde chico me acostumbré a que la vida sigue después de fin de año.




Tal vez por eso me gusta esta novela. Si no les gusta leer, vean la película. Recuerdo haberla terminado y sentirme tan mal, claro, anímicamente. Por qué la vida tiene un fin y un comienzo. En la cultura de hoy está de moda creer que vamos hacia un final feliz. Como somos protagonistas de nuestra historia, llegaremos a buen puerto, a ser felices, a triunfar. Si durante el trayecto las cosas van mal, tenemos que creer que en cualquier momento cambiará la suerte. Cuanto más al fondo, más cerca estamos de volver a subir. Tal vez por eso vemos la vida en capítulos, en temporadas. Por eso hacemos balances al terminar el año o al final de la temporada. Al fin y al cabo, no termina la novela, solo un capítulo, nada más. Sin embargo, en la línea de tiempo, el día de hoy y el de mañana no es más que un cambio de horas, medidas y recalculadas. Lo que nació para medir el tiempo de las cosechas ahora rige nuestra vida. Pero el fin implica eso, término, cuando en realidad todo sigue. Los ves en las calles como si insistieras con algo imposible. Ahora no. Empieza el año y veremos. Hasta esa suerte tiene el nuevo presidente. Todos estamos convencidos de que terminó. Por eso no salimos a la calle a romper sus decretos. Pero esto recién empieza. No me importa el final, porque no puedo cambiarlo, pero sí puedo regular cómo llego a él. Y tengo claro algo: algunas películas no terminan bien. No tengo nada que perder."


¡Espero que esta corrección sea útil!

lunes, 11 de noviembre de 2019

Cosas que debes saber La ‘crisis’ de desocupación en la Argentina (1993/1998).



La desocupación, en general, es un fenómeno tanto individual como colectivo. A nivel individual, se refiere al estado de estar desempleado de una persona específica, es decir, cuando una persona está buscando activamente empleo pero no lo ha encontrado. La desocupación individual puede ser el resultado de diversas circunstancias, como la falta de oportunidades laborales, la finalización de un contrato de trabajo, la pérdida de empleo, entre otros factores.

Por otro lado, la desocupación también puede ser un fenómeno colectivo que afecta a un grupo o a una sociedad en su conjunto. Cuando hay altos niveles de desempleo en una región o en un país, se considera una problemática social y económica que afecta a múltiples personas y puede tener consecuencias negativas en términos de bienestar social, desigualdad, pobreza y desarrollo económico.

Es importante tener en cuenta que la desocupación individual y colectiva están interrelacionadas, ya que las personas desempleadas en un nivel individual contribuyen a la estadística general de desempleo y pueden ser parte de un fenómeno más amplio de desocupación colectiva.
Sí, realizar análisis sobre las desocupaciones pasadas también puede ser útil por diversas razones:

1. Aprendizaje histórico: Estudiar las desocupaciones pasadas nos brinda la oportunidad de aprender de experiencias anteriores. Podemos analizar qué factores contribuyeron al desempleo en el pasado, cómo se abordó la situación y qué lecciones se pueden extraer para evitar o manejar mejor las crisis futuras.

2. Evaluación de políticas y estrategias: Al examinar períodos pasados de desocupación, podemos evaluar cómo funcionaron las políticas y estrategias implementadas en ese momento. Nos permite analizar qué medidas fueron efectivas y cuáles no lo fueron, con el objetivo de mejorar las respuestas y enfoques en el futuro.

3. Identificación de patrones y tendencias: Estudiar desocupaciones pasadas nos permite identificar patrones y tendencias a lo largo del tiempo. Podemos analizar cómo el desempleo ha evolucionado en diferentes períodos, cómo ha sido afectado por factores económicos, políticos o sociales, y cómo se ha recuperado en el pasado. Esto puede ayudar a prever posibles escenarios futuros y a tomar decisiones más informadas.

4. Comparación y benchmarking: Analizar desocupaciones pasadas nos brinda la oportunidad de comparar situaciones y datos. Podemos comparar el desempleo en diferentes momentos históricos, entre diferentes países o regiones, y entre distintos grupos demográficos. Esto permite identificar diferencias, determinar las causas subyacentes y aprender de las mejores prácticas implementadas en contextos similares.

5. Contextualización y perspectiva: El análisis de desocupaciones pasadas nos ayuda a contextualizar el desempleo actual. Nos brinda una perspectiva histórica que puede ser valiosa para comprender mejor las dinámicas del mercado laboral, los ciclos económicos y las fluctuaciones en el empleo. Esto puede ayudar a tomar decisiones más informadas y a tener una visión más completa de la situación actual.

En conclusión, el análisis de desocupaciones pasadas puede proporcionar valiosas lecciones aprendidas, informar políticas y estrategias futuras, identificar patrones y tendencias, realizar comparaciones y contextualizar el desempleo actual. Estudiar el pasado puede ayudarnos a comprender mejor el presente y a mejorar nuestras respuestas ante el desempleo.

Podestá, Jorge. (1999). “La ‘crisis’ de desocupación en la Argentina (1993/1998)”.  PIMSA. 1999. Buenos Aire

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domingo, 10 de noviembre de 2019

Desocupados en el Gran Resistencia.





La expresión urbana del Movimiento de Trabajadores Desocupados en el Gran Resistencia se caracteriza por la formación de organizaciones piqueteras en Argentina a finales de la década de 1990. Estas organizaciones constituyen un movimiento social urbano compuesto por trabajadores desempleados que utilizan el "piquete" como forma principal de protesta, que consiste en interrumpir el tránsito en rutas nacionales y calles urbanas. Aunque comparten características comunes, la interacción entre los factores económicos y el contexto social en el que surgieron ha dado lugar a una gran diversidad de expresiones particulares en cada territorio.

En la provincia de Chaco, la más empobrecida del país, la primera de estas organizaciones se originó en el conglomerado urbano que rodea la ciudad capital, en un área conocida como Gran Resistencia. Con el objetivo de comprender sus particularidades, se analizan las expresiones territoriales en tres momentos históricos. Cada uno de estos momentos representa una forma específica de relación con el espacio que ha caracterizado su desarrollo sucesivo.

El primer momento se enmarca en el proceso de génesis del Movimiento de Trabajadores Desocupados del Chaco, vinculado a las protestas motivadas por las inundaciones ocurridas en la provincia en 1998. La respuesta social generada por el Estado, tradicionalmente considerado el principal agente de intervención en estos casos, propició la aparición pública de los sujetos afectados por las inundaciones, muchos de los cuales estaban desempleados debido al crecimiento exponencial del desempleo en todo el país en aquellos años. De esta manera, los problemas urbanos pusieron de manifiesto la cuestión del desempleo, que hasta entonces había sido un problema latente en la provincia, sentando las bases de la primera organización piquetera chaqueña.

El segundo momento se caracterizó por la apropiación del centro urbano por parte de los desempleados convertidos en piqueteros y organizados en el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) General San Martín. Los cortes de calles en los barrios inundados fueron reemplazados por protestas en la zona céntrica cercana a la sede del gobierno provincial. En 1999, los desempleados se establecieron de manera permanente frente a la Casa de Gobierno, construyendo un precario refugio llamado "rancho de la dignidad". Sin embargo, pocos días antes de cumplir un año, el rancho fue desalojado violentamente por las fuerzas policiales, lo que desencadenó un proceso de dispersión de las tendencias políticas dentro de la organización original.

El tercer y último momento estableció una tendencia que se ha mantenido hasta el presente: el asentamiento de los trabajadores desocupados en las áreas periurbanas del Gran Resistencia con el objetivo de desarrollar emprendimientos productivos. Este proceso ha sido protagonizado por el MTD 17 de Julio, una escisión del MTD General San Martín.
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