Durante más de dos décadas, la implementación de políticas neoliberales en la región ha llevado a la generación y al preocupante aumento de personas excluidas del sistema. Sin embargo, frente a esta situación, los excluidos y empobrecidos han buscado alternativas para subsistir, optando por trabajar de manera autónoma y encontrando respaldo en diversas organizaciones sociales.
De esta manera, han surgido experiencias diversas en lo que se conoce como economía solidaria, del trabajo o popular. Un ejemplo destacado es el Banco Grameen, también conocido como el Banco de los Pobres, creado por el economista Muhammad Yunus. Esta iniciativa ha alcanzado una notable expansión y ha logrado impactar positivamente en la calidad de vida de millones de personas excluidas, siendo su fundador galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2006.
La metodología utilizada por el Banco Grameen ha sido adaptada en diferentes países, adquiriendo identidad propia. En Argentina, surge el Banco Popular de la Buena Fe (BPBF), impulsado por la Comisión Nacional de Microcrédito del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, con el objetivo de mejorar progresivamente la calidad de vida de los sectores más vulnerables, otorgándoles un papel protagónico.
A nivel nacional, a partir del 2003, con el presidente Néstor Kirchner, el país comienza a recuperarse y se restablecen condiciones para que la política recupere su sentido de servicio hacia el pueblo. En este contexto, en agosto de 2004, el BPBF se integra al Plan Nacional de Desarrollo Local y Ecomicrocrédito.
El interés por el microcrédito es reconocido a nivel internacional, siendo declarado el año 2005 como Año Internacional del Microcrédito por la Organización de Naciones Unidas. En Argentina, en 2006, se aprueba la Ley 26.117 de “Promoción del microcrédito para el desarrollo de la economía social”, marcando un nuevo camino en las políticas sociales.
En nuestro país, la primera experiencia como política pública fue el Banco del Pueblo, impulsado por la Organización No Gubernamental Barrios del Plata en la ciudad de La Plata hacia finales de 2000. Esta acción se llevó a cabo desde una perspectiva que combina el microcrédito, la educación popular y la economía social como pilares de una construcción hacia una Patria para Todos.
Desde el BPBF, el microcrédito se entiende como una herramienta más de la economía social, destinada a generar equidad y distribución de la riqueza. Los recursos prestados y devueltos se utilizan para mejorar la calidad de vida y fomentar el desarrollo local. Las actividades promovidas buscan integrar lo social, lo económico y lo político, impulsando la producción colectiva y la reproducción.
Esta propuesta, como política de Estado, se suma a las estrategias de los sectores populares para construir nuevas alternativas de vida. El Banco ha experimentado un crecimiento constante, tanto en el desarrollo del microcrédito como en el fortalecimiento institucional de las organizaciones que conforman su red de trabajo. En 2010, ya cuenta con más de 800 organizaciones en 21 provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habiendo otorgado más de 60.000 créditos. A lo largo de los años, se ha consolidado la Red Nacional del Banco Popular de la Buena Fe, evidenciando el compromiso con la inclusión y el desarrollo social.
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