menú principal

"Blog personal de Pablo Barreto, diseñador gráfico e ilustrador y Sociólogo, que sirve como portafolio de su trabajo creativo y espacio para sus reflexiones sobre cultura, diseño y vida. Un archivo digital con más de 15 años de contenido auténtico y diverso.".

menú

sábado, 22 de agosto de 2009

Cartografías Arbitrarias: cómo el poder cambia el mapa en Borges y Foucault

Cartografías Arbitrarias: Poder, Saber y Lenguaje en Foucault y Borges


Este ensayo nace de una risa, la misma que, según relata Michel Foucault, le asaltó al leer en un texto de Jorge Luis Borges la clasificación de los animales de una "cierta enciclopedia china". Aquella taxonomía fantástica, que agrupaba a los seres en categorías como "pertenecientes al Emperador", "que acaban de romper el jarrón" o "que de lejos parecen moscas", funciona como un catalizador perfecto para deconstruir los órdenes del saber que consideramos naturales. La risa de Foucault no es de simple deleite, sino de un asombro que agrieta los cimientos de nuestro pensamiento, revelando la arbitrariedad de los sistemas con los que cartografiamos la realidad. Esta anécdota, en apariencia marginal, destruye "el sitio mismo en el que podrían ser vecinas" las cosas y nos obliga a formular la pregunta que articula toda la genealogía del poder: ¿quién traza los mapas del saber y con qué fines?

La tesis central de este análisis sostiene que las estructuras de poder y los sistemas de conocimiento son aparatos inseparables que se constituyen mutuamente. No existe un saber neutral que el poder venga a aplicar o distorsionar, ni un poder que se ejerza sin producir su propio campo de verdad. En esta simbiosis, el lenguaje, a través de sus clasificaciones, nomenclaturas y discursos, se erige como el instrumento primordial mediante el cual se construyen realidades arbitrarias y se moldea la subjetividad. El acto de nombrar, de clasificar, no es una inocente operación de etiquetado, sino un ejercicio de poder que define lo visible, lo pensable y, en última instancia, lo posible.

Para explorar esta interdependencia, el ensayo seguirá un itinerario preciso. Comenzaremos con la crítica borgiana a la universalidad de la clasificación como punto de origen del proyecto arqueológico de Foucault. A continuación, analizaremos el poder inherente al acto de nombrar, rastreando su función desde la investidura divina hasta el vasallaje político. Seguidamente, exploraremos la fractura epistémica que Foucault sitúa entre el Renacimiento y la Época Clásica, donde el lenguaje transita de ser la "prosa del mundo" a un soberano sistema de representación. Finalmente, examinaremos cómo las tecnologías de poder disciplinario, nacidas de esta nueva racionalidad, producen la figura del sujeto "anormal", un producto discursivo cuya existencia misma legitima la intervención y el control. Partimos, pues, de esa disrupción conceptual provocada por Borges para adentrarnos en el análisis minucioso de las maquinarias de poder-saber que gobiernan la modernidad.

2.0 El Vértigo de la Taxonomía: La Crítica Borgiana como Origen


El cuento de Jorge Luis Borges, "El idioma analítico de John Wilkins", junto con su ya célebre taxonomía china, actúa como una crítica devastadora a la pretensión de objetividad de cualquier sistema de clasificación. No es un mero divertimento literario, sino una máquina conceptual diseñada para exponer la contingencia de la razón occidental y la imposibilidad de construir un lenguaje que refleje de manera transparente el orden del universo.

Borges yuxtapone magistralmente dos intentos de ordenar el mundo que, pese a sus diferencias, revelan la misma limitación fundamental. Por un lado, el proyecto racional del siglo XVII de crear un lenguaje filosófico universal, dividiendo el universo en categorías lógicas. Por otro, la fantástica enciclopedia china, que clasifica a los animales de la siguiente manera:

a] pertenecientes al Emperador, b] embalsamados, c] amaestrados, d] lechones, e] sirenas, f] fabulosos, g] perros sueltos, h] incluidos en esta clasificación, i] que se agitan como locos, j] innumerables, k] dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l] etcétera, m] que acaban de romper el jarrón, n] que de lejos parecen moscas.

A partir de esta comparación, Borges extrae una conclusión inevitable que resuena en todo el pensamiento crítico posterior: "notoriamente no hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural". La razón, añade, es tan simple como demoledora: "no sabemos qué cosa es el universo". Al sernos inaccesible el esquema divino o la estructura última de la realidad, todos nuestros órdenes son meras construcciones, conjeturas provisionales que dicen más sobre los límites de nuestro pensamiento que sobre la naturaleza de las cosas.

Esta revelación literaria no es solo una idea afín al pensamiento de Foucault; es, en sus propias palabras, su punto de origen. Foucault confiesa que fueron el "asombro" y el "malestar" ante el texto de Borges los que dieron nacimiento a su proyecto arqueológico en Las palabras y las cosas. Aquella taxonomía hizo "añicos toda la familiaridad del pensamiento occidental", revelando la contingencia de nuestros códigos culturales, aquellos que fijan de antemano los órdenes empíricos con los que nos relacionamos.

Si todo orden es, en última instancia, una construcción arbitraria, se vuelve crucial plantear la pregunta fundamental que se deriva de esta premisa: ¿quién construye dicho orden y con qué fines se ejerce el poder de clasificar el mundo?

3.0 El Poder de Nombrar: De la Gracia Divina al Vasallaje Político


El poder de clasificar se manifiesta en su forma más elemental y potente en el acto de nombrar. Lejos de ser un ejercicio neutral de designación, nombrar es un acto de soberanía que define la identidad, la función y la relación de un sujeto con una estructura de poder. Al asignar un nombre, se inscribe a un individuo en un orden simbólico y social, otorgándole un propósito o marcando su subyugación. La tradición bíblica ofrece arquetipos claros de cómo el cambio de nombre sella un nuevo pacto con la autoridad divina o un nuevo estatus político.



Personaje Significado del Cambio de Nombre
Saraí a Sara El paso de "mi princesa" a "princesa" universaliza su estatus. Ya no es la princesa de Abraham, sino la matriarca de la nación que Dios establecerá a través de él. El cambio de nombre refleja su nuevo rol en el pacto divino.
Jacob a Israel La transformación de "suplantador" a "el que lucha con Dios" simboliza una relación radicalmente nueva con lo divino. El nombre deja de definirlo por su pasado conflictivo con los hombres para inscribirlo como el fundador de una nación que llevará su nombre.
Oseas a Josué El cambio de "salvación" a "Yahvé es salvación" es una clara investidura de poder y propósito divino. Moisés, como representante de la autoridad, le confiere un nombre que lo prepara para su rol crucial como líder militar y espiritual.
Matanías a Sedequías En contraste con los ejemplos anteriores, este caso ilustra el nombramiento como acto de subyugación. El rey Nabucodonosor de Babilonia impone un nuevo nombre al rey de Judá para marcar su vasallaje y la pérdida de su soberanía. El poder de nombrar aquí es el poder del conquistador.


El análisis se extiende al caso paradigmático de Lucifer. Su nombre original, derivado del latín "portador de luz", describía su naturaleza primigenia y su alta jerarquía. Tras su rebelión, este nombre no es sustituido por otro otorgado por Dios, sino que es suplantado por títulos que definen su nueva función como adversario del poder divino: Satanás ("adversario" en hebreo) o Diablo ("calumniador" en griego). La pérdida o alteración del nombre original se convierte así en una forma de condena, una marca de infamia que define al sujeto no por lo que es, sino por su relación de antagonismo con el poder que lo ha expulsado del orden.

Este poder elemental de nombrar, capaz de sellar un destino divino o de imponer un yugo político, es el germen de los sistemas de conocimiento más complejos que, a lo largo de la historia, han buscado ordenar, clasificar y, en definitiva, controlar la realidad.

4.0 La Fractura Epistémica: Del Mundo como Prosa al Lenguaje como Representación


Para entender el poder que el lenguaje adquiere en la modernidad, es crucial analizar la transición entre dos formas de saber, o epistemes, que Michel Foucault delinea en su genealogía. La ruptura entre la episteme del Renacimiento y la de la Época Clásica no es una simple evolución, sino una profunda reorganización del orden del conocimiento que redefine por completo la relación entre las palabras y las cosas.

Durante el siglo XVI, el saber operaba bajo el régimen de la semejanza. El lenguaje no era un sistema arbitrario de signos, sino que estaba entretejido en la fábrica del mundo. La escritura era considerada "la prosa del mundo", una marca más entre las cosas, unida a ellas por una red de correspondencias articulada a través de la convenientia, la aemulatio, la analogia y la sympathia. Conocer era, fundamentalmente, descifrar estas signaturas que Dios había depositado en la naturaleza.

Foucault identifica a Don Quijote como "el héroe de lo Mismo", la figura que encarna el ocaso de esta era. Su locura no es una simple alucinación, sino su insistencia en leer el mundo a través de las semejanzas que le dictan los libros de caballería. En su peregrinaje, descubre con amargura que "las palabras y las cosas han roto su antiguo parentesco". Las semejanzas ahora engañan, y los signos vagan a la deriva, sin un mundo que los ancle.

De esta fractura emerge el nuevo y formidable poder del lenguaje en la Época Clásica (siglos XVII y XVIII): la representación. El lenguaje ya no es parte de las cosas, sino un sistema de signos autónomo y soberano que sirve para ordenarlas, analizarlas y disponerlas en un "cuadro" (tableau). Este "cuadro" no debe entenderse como una pintura, sino como una tabla, una matriz de clasificación que permite al pensamiento "llevar a cabo un ordenamiento de los seres". Las palabras se liberan de su atadura material para convertirse en instrumentos de un nuevo saber que busca la claridad, la distinción y la clasificación universal.

Este nuevo poder taxonómico del lenguaje, su capacidad para construir un tableau —una tabla donde todo ser puede ser ordenado y clasificado—, no se limitará a la naturaleza. Es precisamente esta racionalidad clasificatoria la condición de posibilidad para las tecnologías de poder disciplinario. Pues la misma lógica que permite crear un "cuadro" de los seres vivos permitirá, más adelante, construir un "cuadro" de las normas sociales —salud, moralidad, productividad— contra el cual los individuos serán medidos, clasificados y, finalmente, declarados "normales" o "anormales".

5.0 La Mirada Disciplinaria: La Producción del Sujeto "Anormal"


A partir del siglo XVII, y consolidándose en el XIX, emerge una nueva tecnología de poder que ya no busca la aniquilación espectacular del cuerpo del condenado, sino su domesticación y corrección. Este poder, que Foucault denomina disciplinario y normalizador, opera a través de la vigilancia, el examen y la clasificación en instituciones como la prisión, el hospital, la escuela y el taller. Su objetivo es producir "cuerpos dóciles y útiles", sujetos ajustados a una norma.

Este cambio implica una transformación fundamental en el ejercicio del poder. Se transita de un poder jurídico, que opera a través de la distinción entre lo legal y lo ilegal, a un poder de la norma, que funciona mediante la perpetua distinción entre lo normal y lo anormal. Esta nueva distinción ya no es gestionada por jueces, sino por un nuevo ejército de "expertos" —médicos, psiquiatras, educadores— que vigilan y corrigen a los individuos en nombre de una verdad científica o social. La categoría del "individuo anormal" se consolida como la confluencia de diversas figuras históricas, entre las que destaca el "monstruo humano": aquel que transgrede simultáneamente las leyes de la naturaleza y las de la sociedad.

La "infamia" de Borges, tal como se despliega en su Historia universal de la infamia, es la materia prima literaria de la que se nutre la analítica del poder de Foucault. Sus narraciones no son meras ilustraciones, sino que revelan las condiciones de posibilidad de la filosofía política al ofrecer arquetipos de vidas definidas por la transgresión, productos de los mismos mecanismos de poder que Foucault describe.

* Lazarus Morell:

El "atroz redentor" cuya infamia reside en la fusión perversa de piedad y criminalidad. Morell "predicaba la Biblia a los viajeros... mientras tanto, sus cómplices les robaban los caballos", revelando cómo el poder puede operar en la impostura, utilizando los discursos sagrados para fines profanos.

* Hákim de Merv: 

El "profeta enmascarado" cuya infamia se construye mediante la manipulación de la visibilidad y la verdad. Su poder emana de una máscara que oculta un rostro supuestamente divino, demostrando cómo el control de lo visible produce efectos de poder.

* Judas Iscariote:

El paradigma teológico del hombre infame. Un único acto de traición lo inscribe para siempre en la historia del poder, convirtiendo su nombre en el arquetipo de la deslealtad. Su caso ilustra a la perfección la tesis sobre el poder de nombrar, pero con una complejidad añadida. La existencia de otro apóstol, Judas Tadeo, evidencia la necesidad de una gestión discursiva para "separar la marca", demostrando que no es el nombre en sí el que condena, sino el acto que lo inscribe en la historia del poder. El poder no solo asigna nombres, sino que gestiona activamente su ambigüedad para asegurar la infamia de un acto específico.

Tanto en los análisis históricos de Foucault como en las narraciones de Borges, el "anormal" y el "infame" no son realidades preexistentes, sino productos de un sistema de poder-saber que los define, los nombra y los clasifica para poder controlarlos. Son la prueba viviente de que el poder no solo reprime, sino que produce sujetos. Este poder, a su vez, documenta y archiva estas vidas, convirtiéndolas en objetos de su propio discurso, en casos de estudio para su saber en expansión.

6.0 Conclusión: El Archivo y la Vida Infame


El recorrido de este ensayo partió de la risa de Foucault ante una clasificación de Borges para desvelar la profunda conexión entre ambos pensadores: la revelación borgiana de que todo orden es una construcción arbitraria encuentra su desarrollo genealógico en el análisis foucaultiano de las tecnologías de poder-saber. Las cartografías con las que nombramos y ordenamos el mundo no son neutrales; son instrumentos de poder que producen la realidad que pretenden describir, moldeando a los sujetos y definiendo los límites de lo normal y lo anormal.

El concepto de "hombre infame", tal como lo desarrolla Foucault, se erige como la máxima expresión de esta tesis. Estas "vidas breves", rescatadas de archivos policiales o judiciales, solo existen para nosotros porque "esas palabras decidieron sobre su libertad, su desgracia, con frecuencia sobre su muerte y en todo caso su destino". Son la prueba irrefutable de que el poder no se limita a reprimir o castigar, sino que, fundamentalmente, produce la realidad y la verdad sobre los sujetos. El apóstata, el sodomita, el alborotador, no son más que destellos verbales atrapados en la maquinaria administrativa del poder. Su existencia es puramente discursiva, un efecto del archivo que los nombró para controlarlos.

Esta perspectiva crítica mantiene una relevancia ineludible en el presente. Las clasificaciones y "verdades" que operan hoy en nuestra sociedad —en la medicina, la psiquiatría, la criminología o la economía— no son menos arbitrarias que las de la enciclopedia china de Borges. Detrás de cada categoría, de cada diagnóstico, de cada perfil, se esconde una racionalidad política, un ejercicio de poder. La tarea que nos legan Foucault y Borges es la de mantener una vigilancia constante, la de preguntar siempre qué estructuras de poder sostienen los órdenes que damos por sentados, y qué vidas son producidas, moldeadas o excluidas por las cartografías que trazamos sobre el mundo.

MI PRIMERA ENTRADA


WELCOME TU MY BLOG

viernes, 21 de agosto de 2009

¿Coraline quien la hizo?

La historia de Coraline fue creada por Neil Gaiman, un escritor británico conocido por sus obras de fantasía y terror.

📖 Detalles clave:

  • Autor: Neil Gaiman

  • Año de publicación: 2002

  • País: Reino Unido

  • Género: Fantasía oscura / terror para jóvenes

  • Ilustraciones: Dave McKean (colaborador habitual de Gaiman)

🎬 Adaptación cinematográfica:

  • Película: Coraline y la puerta secreta

  • Estreno: 2009

  • Dirección: Henry Selick (el mismo que dirigió El extraño mundo de Jack)

  • Estudio: Laika (famoso por su animación en stop motion)

En resumen:
👉 Neil Gaiman creó la historia original (libro).
👉 Henry Selick dirigió la película animada basada en esa historia.

¿Cómo las teorías psicoanalíticas, postfeministas y postmodernas explican la profundidad de Coraline?

TL;DR: Coraline es una obra maestra que combina elementos del psicoanálisis, el postfeminismo y el postmodernismo para explorar temas como identidad, roles de género y realidad versus apariencia. Estos marcos teóricos enriquecen su narrativa y permiten una comprensión más profunda de los conflictos internos de la protagonista.

Introducción

En este artículo, desentrañamos cómo tres corrientes teóricas clave —el psicoanálisis, el postfeminismo y el postmodernismo— se entrelazan en *Coraline*. Exploraremos cómo estas perspectivas no solo dan forma a la trama sino que también ofrecen herramientas para interpretar sus mensajes sobre identidad, poder y subjetividad.

Psicoanálisis: El viaje de Coraline hacia la identidad

El psicoanálisis, particularmente las ideas de Jacques Lacan, ayuda a entender el conflicto interno de Coraline. Formación del Ego: Coraline enfrenta frustraciones con su identidad en el mundo real (como ser llamada "Caroline"), mientras que el Otro Mundo parece validarla. Este proceso refleja el estadio del espejo lacaniano, donde el niño empieza a reconocerse como individuo. Demanda de amor y deseo: La búsqueda de atención de Coraline la lleva al Otro Mundo, donde la Otra Madre satisface temporalmente sus carencias afectivas. Esto ejemplifica cómo el deseo surge de una falta latente. Complejo de castración: Ambas madres simbolizan figuras que limitan su autonomía, pero finalmente, Coraline supera esta amenaza al restaurar su individualidad. Emoción destacada: La sensación de incomodidad ante la manipulación emocional de la Otra Madre resuena con el espectador, quien experimenta esa misma tensión junto a Coraline.

Postfeminismo: Una heroína que rompe moldes

Desde una perspectiva postfeminista, Coraline desafía los estereotipos tradicionales de género. Ruptura del "Male Gaze": Coraline no es una figura pasiva; su protagonismo activo rechaza el modelo de mujer dependiente o decorativa. Crítica al canon de belleza: La Otra Madre encarna un ideal superficial de perfección femenina, lo que Coraline termina rechazando. Performatividad de género: Las transformaciones de la Otra Madre ilustran cómo los roles de género son construcciones sociales, no inherentes. Emoción destacada: Inspiración. Ver a Coraline tomar el control de su destino genera admiración y orgullo, especialmente entre audiencias jóvenes.

Postmodernismo: Realidad vs. simulacro

El postmodernismo analiza cómo Coraline cuestiona las nociones de verdad y realidad. Crisis de representación: El descubrimiento del Otro Mundo obliga a Coraline a cuestionar qué es real y qué es simulado. Simulacro total: Según Jean Baudrillard, la Otra Madre crea un mundo sin referentes reales, un desierto de apariencias que finalmente colapsa. Nostalgia y reconstrucción: Al regresar a casa, Coraline valora la autenticidad del mundo real frente a las falsas promesas del Otro Mundo.

5 Preguntas Frecuentes

1. ¿Qué papel juega el psicoanálisis en Coraline?

Explica el desarrollo de la identidad de Coraline a través del estadio del espejo y el complejo de castración.

2. ¿Por qué es importante el postfeminismo en la película?

Destaca la agencia femenina y critica los roles tradicionales de género.
 
3. ¿Qué significa el Otro Mundo desde una perspectiva postmoderna?

 Representa un simulacro, una falsa realidad que deslegitima el mundo original. 

4. ¿Quién es la Otra Madre según Judith Butler?

Es una construcción performativa que adopta roles de género para manipular a Coraline. 

5. ¿Qué mensaje deja la película sobre la familia?

Refuerza la importancia de la autenticidad y el vínculo familiar frente a las apariencias superficiales.

Incluir citas directas

Como diría Lacan, "el yo es siempre otro", una frase que resume perfectamente la lucha de Coraline por definir su identidad frente a las expectativas impuestas.

Explorar otras teorías complementarias

Además del psicoanálisis y el postmodernismo, podríamos incluir la teoría del cine de Laura Mulvey, quien argumenta que el cine tradicional tiende a objetivar a las mujeres. En contraste, *Coraline* ofrece una narrativa centrada en la agencia femenina.

Agregar ejemplos personales o anécdotas

Recuerdo haber visto *Coraline* por primera vez cuando era niño. Me fascinó cómo Coraline logró escapar de situaciones tan terroríficas usando solo su inteligencia y determinación. Hoy, al revisitarla, veo cuánto tiene que decir sobre nuestras propias búsquedas de identidad y pertenencia.

Invitación a difundir

Si te ha gustado este análisis, ¡compártelo con tus amigos! Juntos podemos seguir explorando cómo las grandes historias nos ayudan a entendernos mejor a nosotros mismos.

Conclusión

Coraline es mucho más que una simple historia de fantasía. A través del psicoanálisis, el postfeminismo y el postmodernismo, revela verdades universales sobre la identidad, el género y la naturaleza de la realidad. Su narrativa innovadora sigue siendo relevante porque habla directamente a nuestros miedos y deseos más profundos.

 #coraline #psicoanálisis #postfeminismo #postmodernismo #cineanimado #teoríafílmica #identidad #género Firmado por Pablo Barreto