martes, 10 de septiembre de 2024

Fidípides: La Legendaria Carrera que Inspiró el Maratón

 • Fidípides, un soldado ateniense y hábil corredor, fue protagonista de una de las historias más legendarias de la antigua Grecia. En el año 490 a.C., los persas invadieron Grecia, y Fidípides fue enviado desde Atenas a Esparta para solicitar ayuda militar. Recorrió aproximadamente 240 kilómetros en tan solo dos días, mostrando una resistencia física extraordinaria. Sin embargo, los espartanos no pudieron asistir de inmediato, lo que llevó a los atenienses a enfrentar solos la Batalla de Maratón.



• Tras la victoria ateniense en Maratón, Fidípides fue enviado de nuevo, esta vez corriendo desde el campo de batalla hasta Atenas, a unos 42 kilómetros de distancia, para anunciar el triunfo. Al llegar, exhausto y al borde de la muerte, pronunció la famosa frase: "¡Niké!" (Victoria), antes de desplomarse y fallecer. Su hazaña inspiró la creación de la carrera de maratón en los tiempos modernos, convirtiendo a Fidípides en un símbolo de resistencia y sacrificio.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Submarino Alemán en Mar del Plata

 A las 7 de la mañana del 10 de Julio de 1945, la silueta de un submarino, cuyo perfil no se asemejaba al de las naves argentinas, emergió sorpresivamente a pocos cientos de metros de algunos pesqueros costeros, y a una distancia de una milla y media del puerto de Mar del Plata. De inmediato, del puente del sumergible comenzaron a observarse destellos luminosos con la finalidad de contactarse con las autoridades navales. Algunas horas antes, la tripulación del submarino alemán tipo U-530 había arrojado al mar el armamento principal de cubierta, los torpedos, el equipamiento electrónico, las claves y el libro de bitácora.

El capitán de corbeta Ramón Soyuz, comandante del submarino "Salta", al mando de la Base Naval de Mar del Plata en ese momento, autorizó el ingreso de la nave alemana, que a marcha muy lenta amarró en la Dársena de Submarinos, cerca del Guardacostas "Belgrano". El comandante del U-530, teniente de navío Otto Wehrmut, de sólo 25 años, formó en cubierta a sus 54 subordinados, cuyas edades oscilaban entre los 19 y 24 años, casi todos indocumentados.
Interrogados
Según las crónicas de la época, los marinos estaban "barbudos y con aspecto demacrado". Wehrmut, había sido designado comandante de la nave en el mes de enero de 1945 ya que desde septiembre de 1944 se había desempeñado como primer oficial. De inmediato se procedió a la identificación de los marinos alemanes y a un primer interrogatorio facilitado por el conscripto argentino de ascendencia alemana Ecker.
El U-530, en la Base Naval de Mar del Plata rindiéndose el 10 de Julio de 1945 - Foto extraida de Fotos de Familia del Diario La Capital
Según lo informado por el capitán, el U-530 había zarpado de la base de Kiel el 19 de febrero y luego de un reaprovisionamiento en Kristiansand, fueron informados del fin de la guerra cuando estaban rumbo a las costas de Nueva York. Concluidos los interrogatorios, Otto Wehrmut, firmó oficialmente la rendición y el pabellón argentino fue izado en el mástil del submarino. “A fines de la 2ª Guerra Mundial, en 1945, dos submarinos alemanes se rindieron en la Base Naval de Mar del Plata. El 10 de Julio de 1945 se rindió el U-530, con su tripulación de 54 hombres comandada por el Oberleutnant Otto Wermouth; el 17 de Agosto se rindió el U-977, con 31 hombres bajo el comando del Oberleutnant Heinz Zchaffer. Aca se observa oficiales argentinos y alemanes en la torreta del submarino luego de la rendición -Foto extraida de Fotos de Familia del Diario La Capital
El U-530 zarpó del puerto de Mar del Plata el 15 de julio, remolcado por el ARA "Ona" y escoltado por los destructores ARA "Misiones" y ARA "San Juan", con destino a Río Santiago, donde posteriormente, sería abordados por 33 estadounidenses, llegados por vía aérea. La tripulación alemana fue internada provisoriamente, en la isla Martín García, para luego viajar a los EEUU a fin de ahondar en los interrogatorios.







sábado, 7 de septiembre de 2024

El Yo y las Instituciones




Cada uno de nosotros está sujeto a nuestra propia naturaleza y nuestros instintos. Desde nuestra más tierna infancia, comenzamos a construir el "yo", moldeado por nuestras experiencias y el entorno. Hace poco, charlaba con un amigo que acaba de ser papá, y él describía cómo su hijo es un pequeño dictador que lo gobernará hasta que logre domesticarlo. Un bebé es tal vez la expresión más auténtica del ser humano; pensemos en la frase: "todos nacemos desnudos, todos somos iguales". Esto no es ningún secreto.

La forma en que construimos y damos sustancia a la palabra "yo" es parte del maravilloso proceso de la vida. Los hábitos que se nos inculcan desde pequeños, las palabras que escuchamos, van modelando nuestro ser. Las palabras son sonidos mágicos que captan nuestras sensaciones y sentimientos, moldean nuestros recuerdos y modifican nuestro entorno. Son una parte fundamental de la sustancia del "yo".

La colonización del Yo 



Una vez que logramos establecer un código de comunicación con los demás seres de nuestro entorno, damos el primer paso hacia la colonización del egoísmo del "yo". A partir de ahí, ya no podremos afirmar que "soy el que soy" por mi propia voluntad, sino que seremos el fruto de nuestro entorno. Inconscientemente, habremos dado el paso que nos integra con los demás, porque el ser humano es gregario, comunitario, y colectivo, resultado de quienes lo rodean y lo antecedieron.

El "yo" es, entonces, producto de otros "yo" que ya no están, pero gravitan sobre nosotros como si estuvieran. Un hombre es lo que los demás creen que es, lo que sus ancestros dejaron para él y lo que él interpreta de sí mismo.

Las instituciones y el Yo



Cada vez que interpretamos una idea y aprendemos de ella, lo hacemos dentro de un parámetro establecido. Las instituciones educativas, a través de sus métodos pedagógicos, van modelando al ser humano. Durante el primer gobierno de Roca, se promovió la inmigración europea. Sin embargo, en su segundo gobierno, surgió la preocupación por la pérdida de los valores y tradiciones argentinas, producto del fenómeno inmigratorio.

Se utilizó la escuela para reeducar al ser nacional y devolverle sus tradiciones y cultura, propias de la Pampa Húmeda. Esta reeducación eliminó otros "yo", como la cultura de los pueblos originarios, generando consecuencias funestas para toda la sociedad. Se borró el idioma materno, rompiendo la interrelación entre padres e hijos. Cito el caso de mi abuela, hija de alemanes, que no hablaba alemán.

Este fenómeno de hacer borrón y cuenta nueva se ha repetido constantemente en nuestra historia. Cada grupo lucha por sus propios intereses, creando un ser nacional ficticio, hijo de las instituciones. Este ser de laboratorio siempre estará en pugna con el "yo" auténtico, propio de las circunstancias y tradiciones.

Conflictos del Yo

Un ejemplo de esta pugna es cuando en la secundaria los alumnos varones tenían prohibido llevar el cabello largo, y si se negaban a cortarlo, eran expulsados. El "yo" individual entraba en conflicto con el "yo" simplificado por la institución.

Otra institución que moldeó el "yo" fue el servicio militar obligatorio. En el libro de Osvaldo Bayer, Los sucesos de la Patagonia trágica, se relata cómo colimbas (soldados conscriptos) fusilaron a 5000 obreros. Me pregunto, ¿cómo logra un buen chico convertirse en un fusilador? Bayer cuenta el encuentro con dos de estos colimbas: uno orgulloso de su acción y otro que rompió en llanto de arrepentimiento.

Yo también fui conscripto de la Armada y pude ver cómo se eliminaba nuestra individualidad: nos cortaron el cabello, nos quitaron nuestra ropa y nos igualaron, pero en el sentido perverso de la palabra, pues no se acabó con las injusticias, sino con el individualismo.

Las corporaciones y el control del Yo



En la actualidad, los medios de comunicación, las corporaciones, actúan como grandes entidades de disciplinamiento del "yo". Usan herramientas como la publicidad para lograr sus cometidos, moldeando nuestras conciencias, recuerdos y sociedades. Las personas son lo que los demás creen que son, y los medios tienen el poder de definir esa percepción.

¿Cómo logran los medios disciplinar incluso a gente culta e inteligente? Este fenómeno es tan poderoso que la única solución parece ser la creación de más medios para tener más voces. Sin embargo, el problema persiste.

Conclusión: El Yo en la sociedad

"Quien soy yo", le preguntó Moisés a Dios, y Dios respondió: "Yo soy el que soy". Jesús también dijo: "Donde dos o más estén reunidos en mi nombre, allí estaré". El "yo" necesita de los otros para manifestarse, y somos fruto de las instituciones a las que estamos relacionados, consciente o inconscientemente.

Recuerdo una vez en la facultad cuando el profesor nos pidió que dijéramos en voz alta por quién votaríamos en las elecciones de 1995. De los 30 presentes, 27 dijeron que votarían por Bordón Álvarez. Luego, nos pidió que hiciéramos la votación en secreto, y Menem ganó con 16 votos. ¿Qué cambió? No queríamos reflejar ante los demás lo que realmente deseábamos. Los medios trabajan constantemente para lograr este tipo de manipulación del "yo", buscando imponer un discurso dominante.

Hoy en día, el concepto del "destino impuesto por los dioses".

 Hoy en día, el concepto del "destino impuesto por los dioses", tan central en la mitología y la tragedia griega, puede ser reinterpretado desde diversas perspectivas filosóficas, adaptándolo a un contexto secular y moderno. A continuación, te ofrezco varias aproximaciones para explicarlo en términos filosóficos actuales:


1. Determinismo

Desde una perspectiva determinista, el "destino impuesto por los dioses" puede ser interpretado como una forma de determinismo, donde las acciones humanas están predeterminadas por factores externos o superiores. El determinismo sostiene que todo lo que ocurre en el mundo, incluidas las decisiones humanas, está causalmente determinado por eventos anteriores. Esto podría explicarse mediante:

  • Determinismo causal: Las decisiones y acciones de una persona están predeterminadas por las leyes de la naturaleza, el contexto histórico, la biología y el entorno. En este marco, el destino es la suma de las influencias que guían el comportamiento humano, no la voluntad de los dioses, pero el resultado sigue siendo la inevitabilidad de los acontecimientos.

  • Determinismo genético o psicológico: Las decisiones de una persona podrían estar condicionadas por su biología o su crianza. Aquí, el "destino" sería la influencia de factores como la genética, el inconsciente, la educación y las circunstancias sociales.

2. Filosofía existencialista

La filosofía existencialista, especialmente en autores como Jean-Paul Sartre y Albert Camus, desafía la noción de un destino impuesto, ya sea por dioses o por cualquier otra autoridad trascendental. Para Sartre, "la existencia precede a la esencia", lo que significa que no estamos predestinados a nada; más bien, somos responsables de nuestras propias decisiones y acciones. Desde esta perspectiva, el concepto griego de destino impuesto es rechazado, ya que los seres humanos crean su propio significado a través de sus elecciones, aunque este proceso esté lleno de angustia y responsabilidad.

Sin embargo, Camus plantea la idea del "absurdo", que puede ofrecer un paralelo interesante. En su obra El mito de Sísifo, Camus sugiere que, aunque la vida no tiene un propósito o destino trascendental, los seres humanos siguen buscando sentido. En este sentido, la lucha de los personajes trágicos griegos podría reflejar el conflicto humano por encontrar sentido en un mundo que no ofrece respuestas definitivas, lo que podría compararse con la aceptación del absurdo.

3. Compatibilismo

Una perspectiva contemporánea es el compatibilismo, que intenta reconciliar el determinismo con el libre albedrío. Desde este punto de vista, el "destino impuesto por los dioses" no niega que los seres humanos tomen decisiones, pero esas decisiones están condicionadas por circunstancias previas. La persona puede sentir que está actuando libremente, aunque su futuro esté determinado. Esto recuerda a los personajes trágicos griegos, quienes, aunque intentan tomar decisiones por sí mismos, terminan cumpliendo su destino inevitable.

4. Psicoanálisis

En el marco psicoanalítico, el destino impuesto por los dioses podría reinterpretarse como el inconsciente colectivo (en términos de Carl Jung) o las fuerzas del inconsciente individual (Sigmund Freud). Las figuras divinas del mito griego representan fuerzas psíquicas que condicionan el comportamiento humano. El destino impuesto por los dioses sería, en este sentido, la proyección de impulsos o traumas profundos que guían nuestras acciones sin que estemos completamente conscientes de ellos. Al igual que en los mitos, los seres humanos están sujetos a fuerzas internas que a menudo escapan a su control consciente.

5. Fatalismo

El fatalismo, una postura filosófica cercana a la interpretación clásica del destino, sostiene que los eventos están predestinados y que las decisiones humanas no pueden alterar el curso de la historia. Desde esta perspectiva, la idea del "destino impuesto por los dioses" es un reflejo de un universo en el que las fuerzas inmutables (no necesariamente divinas) controlan el flujo de los acontecimientos. El ser humano puede conocer su destino, pero no puede evitarlo.

En la actualidad, el fatalismo suele ser una posición minoritaria, ya que muchas corrientes filosóficas modernas tienden a enfatizar el poder del libre albedrío o la agencia humana, pero sigue siendo una perspectiva interesante en debates sobre la inevitabilidad en la vida.

6. Perspectiva científica contemporánea: el azar y la incertidumbre

Desde una perspectiva científica y más secular, el "destino impuesto por los dioses" podría reemplazarse por la noción de probabilidades, azar y caos. La teoría del caos y la física cuántica, por ejemplo, sugieren que, aunque el universo sigue ciertas leyes físicas, también existe un componente de aleatoriedad en los eventos. Esta incertidumbre introduce una nueva forma de destino: no una predeterminación absoluta, sino un marco donde las probabilidades y la complejidad juegan un papel crucial en el devenir de las cosas.

En resumen, en la filosofía contemporánea, el "destino impuesto por los dioses" se traduce en una variedad de interpretaciones que abordan la tensión entre la determinación externa (ya sea por causas naturales, sociales o psicológicas) y el libre albedrío humano. Hoy en día, en lugar de depender de la voluntad de los dioses, el destino puede verse como una combinación de factores externos y las decisiones que los individuos toman en sus vidas, siempre con un margen de incertidumbre y responsabilidad personal.

Clitemnestra

Clitemnestra es una figura central en la mitología griega, conocida por su papel en la tragedia de la Casa de los Atridas. Era la esposa de Agamenón, rey de Micenas, y madre de Orestes, Electra e Ifigenia. Su historia está profundamente marcada por el ciclo de la venganza que permea las tragedias griegas, especialmente en obras como La Orestíada de Esquilo.



Uno de los episodios más notables en la vida de Clitemnestra es su venganza contra Agamenón por el sacrificio de su hija Ifigenia. Según el mito, Agamenón, antes de partir a la Guerra de Troya, sacrificó a Ifigenia para aplacar la ira de la diosa Artemisa y asegurar vientos favorables para su flota. Este acto despiadado llenó a Clitemnestra de ira y resentimiento.

Cuando Agamenón regresó victorioso de Troya, Clitemnestra, junto con su amante Egisto, lo asesinó en un acto de venganza. Este asesinato desencadenó una serie de eventos trágicos, pues Orestes, el hijo de ambos, fue impulsado por los dioses a matar a su propia madre para vengar la muerte de su padre.

Clitemnestra es una figura compleja: en algunas interpretaciones es vista como una mujer que busca justicia, mientras que en otras, es representada como una asesina cruel. Su carácter refleja temas de poder, traición, venganza y el conflicto entre el deber familiar y el deseo personal.

Clitemnestra aparece en varios escritos de la literatura clásica griega, principalmente tragedias que exploran los temas de venganza, destino y justicia. Aquí tienes algunos de los textos más relevantes donde es mencionada:

  1. "La Orestíada" de Esquilo (458 a.C.)

    • Este es el ciclo de tres tragedias más famoso en el que Clitemnestra desempeña un papel central. Las obras incluyen:
      • Agamenón: La primera parte de la trilogía, en la que Clitemnestra asesina a su esposo Agamenón cuando regresa de la Guerra de Troya.
      • Las Coéforas: La segunda parte, en la que Orestes, hijo de Clitemnestra, regresa para vengar la muerte de su padre asesinando a su madre.
      • Las Euménides: La tercera parte, donde Orestes es juzgado por el asesinato de su madre y los dioses deciden su destino.
  2. "Electra" de Sófocles (c. 410 a.C.)

    • En esta tragedia, el enfoque está en Electra, hija de Clitemnestra, quien conspira con su hermano Orestes para vengar la muerte de Agamenón. Clitemnestra aparece como una figura que debe enfrentar la retribución por su crimen.
  3. "Electra" de Eurípides (c. 413 a.C.)

    • Similar a la versión de Sófocles, esta obra de Eurípides también narra la venganza de Electra y Orestes contra Clitemnestra, pero con un tono más psicológico, mostrando a Clitemnestra bajo una luz más matizada.
  4. "Ifigenia en Áulide" de Eurípides (c. 405 a.C.)

    • En esta tragedia, se narra el sacrificio de Ifigenia, hija de Clitemnestra y Agamenón. Clitemnestra trata de impedir la muerte de su hija, lo que genera el resentimiento hacia su esposo que luego desencadenará su venganza.
  5. "Ifigenia entre los Tauros" de Eurípides (c. 414 a.C.)

    • Aunque Clitemnestra no aparece directamente, se menciona su asesinato a manos de Orestes y cómo este suceso afecta la vida de su hermana, Ifigenia, quien se cree muerta.

El "destino impuesto por los dioses" 



En la mitología y la tragedia griega se refiere a la idea de que el destino de los seres humanos está predeterminado por fuerzas divinas, es decir, por los dioses del panteón griego. Esta noción implica que ciertas situaciones o eventos importantes en la vida de una persona, especialmente aquellos relacionados con el sufrimiento, la tragedia o la gloria, están fuera de su control y son dictados por los dioses desde el momento de su nacimiento.

Este destino (o moira, como se le llamaba en griego) era visto como algo inevitable, inmutable, y muchas veces cruel. A menudo, los personajes trágicos intentan evitar o desafiar su destino, pero en el proceso, suelen caer precisamente en las circunstancias que intentaban evadir. Este conflicto entre el libre albedrío y el destino impuesto por los dioses es uno de los ejes fundamentales de las tragedias griegas.

En el caso de Clitemnestra, como en muchas figuras de la tragedia, su destino parece marcado por el ciclo de la venganza y la violencia que afecta a su familia, los Atridas. Este destino de sufrimiento y destrucción familiar es, en parte, el castigo por las acciones de sus ancestros (como Tántalo y Atreo), y es algo que los personajes heredan y no pueden eludir. Sin embargo, sus decisiones personales, como asesinar a Agamenón, también juegan un papel crucial.